Entrar ayer al Centro de Convenciones de Guayaquil para presenciar el show musical Patito feo resultó una odisea para muchos, que se quejaron por  la falta de organización de los mentalizadores del evento, que en esta ciudad tuvo dos jornadas (a las 16:00 y 18:00),

Y es que según Patricia Solís, que dijo haber llegado a las 14:00 desde Bastión Popular, no hubo quién informara por dónde se accedía a las localidades. Ella, que llevó a sus dos hijas y cuatro sobrinos, se encolumnó y esperó por horas en filas que no le correspondían,

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Tampoco hubo sigilo en la venta de entradas, las cuales fueron duplicadas en su valor. La general que costaba $ 20 fue revendida en $ 50;  la preferencia pasó de $ 50 a $ 70 y hasta $ 80; y la pato box subió de $ 80 a $ 130.

“Pero no tenemos a quién quejarnos. No hay control”, aseguró  Jorge Crespo, que debió conseguir un pase para que su hija pudiera ver a la protagonista y al elenco de la telenovela que lleva el mismo nombre del show argentino.

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Sin embargo, una vez superada la reventa de boletos, la desinformación para acceder al Centro de Convenciones y la falta de control de los organizadores, el público, en su mayoría infantil y adolescente, disfrutó de un espectáculo cargado de luces, música, baile y canto.

Al show de las 18:00, los personajes de Patito feo aparecieron a las 18:25, en medio de ensordecedores gritos. “Bienvenidos Guayaquil, quieren vivir la historia más linda”, preguntó al público Leandro, uno de los actores que encarna al papá de Patito Feo. La presentación duró una hora y media.