La Fiesta Internacional de la Cultura, el Libro 2008, que se desarrolló en Quito y que tuvo un pequeño componente para Guayaquil. El Encuentro sobre  Literatura Ecuatoriana Alfonso Carrasco Vintimilla, en Cuenca. La Feria Internacional del Libro de Guayaquil. La aparición de la colección  Bicentenario   de la Casa de la Cultura matriz, su  sostenida labor editorial,   y los premios literarios  que cimentan  la carrera de nuevos autores son, a criterio de cuatro críticos y estudiosos de la literatura ecuatorianos, los hechos más destacados del 2008, en el campo de las letras en el país.

Los consultados  fueron Cecilia Ansaldo, Cecilia Vera de Gálvez, Raúl Serrano  y Carlos Calderón Chico, quienes, a más de exponer  los aciertos,  señalaron las debilidades. “La Fiesta de la Cultura no  trajo libros a Guayaquil”,   repara  Ansaldo. Y en este punto  coincide Calderón. “Si se le hubiera agregado una buena feria del libro en Guayaquil, la Fiesta de la Cultura habría estado en el nivel de la excelencia”, sostiene. Además,  la  oferta de actividades para esta ciudad  fue escasa frente a la que se propuso para Quito.

Vera indica   que es importante la confluencia de programas   literarios como la Feria del Libro de Guayaquil, la Fiesta de la Cultura y el Encuentro Literario de  Cuenca. “Convoca  a amplios sectores y ayuda a la difusión de la literatura,   en general, y de la nacional, en particular, esta última que lo necesita mucho, pues   la mayor debilidad en nuestro país sigue siendo la falta de difusión de las obras que se publican”, sostiene.

Serrano nombra como un hecho   relevante del año que el escritor Modesto Ponce resultara   finalista del Premio Internacional Planeta-Casamérica con su novela  La casa del desván  y que dos certámenes nacionales importantes hayan puesto en escena, a través de sus galardones, a  nuevos nombres de la literatura: a Elking Raymond Araujo, quien  obtuvo el Premio Aurelio Espinosa Pólit, en cuento; y a Christian Avecillas, que ganó  el Premio de Poesía César Dávila Andrade.

Vera comparte el  criterio. Cita  también como notable  el reconocimiento para Ponce, por su novela,   y que Avecillas, a más de obtener el premio César Dávila Andrade, recibiera mención en el certamen  Casa de las Américas,  en Cuba.

Ansaldo y Serrano anotan entre lo positivo los homenajes por el centenario del natalicio del escritor guayaquileño Alfredo Pareja Diezcanseco. Un punto en el que discrepa Calderón, para quien lo que se hizo (algunas entidades programaron actos, la Casa de la Cultura matriz reeditó dos de sus obras y Calderón publicó un libro de conversaciones con el autor) no fue suficiente, en comparación con la talla de este autor. “Este centenario ha pasado casi inadvertido”, indica. Cree, por ejemplo, que el Ministerio de Cultura debió comenzar los actos de homenaje a Pareja  en Guayaquil,  ciudad natal del autor.

Calderón  elogia, en cambio,   la buena  salud  que experimenta       la poesía,  con nombres  como Luis Carlos Mussó, del que celebra su poemario   Evohé; Ernesto Carrión y Christian Avecillas. “Tenemos grandes poetas de las nuevas generaciones, pero no veo todavía cuentistas ni novelistas de la envergadura de estos autores”, refiere.

Vera  agrega que este año ha sido fructífero en la publicación de poemarios,   crítica literaria y ensayos. Cita, entre   otros, el   libro  de ensayo de Leonardo Valencia (El síndrome de Falcón) y Sartre y nosotros, cuya editora es Alicia Ortega. “Hay títulos   valiosos que evidencian que a pesar de las adversidades, en el país hay quienes toman el oficio de la escritura como una pasión central”, refiere  Serrano. Relata  que  se han presentado títulos de autores y autoras jóvenes, que,  afirma, “cada vez están trabajando con mayor madurez y solvencia”.

En narrativa, Calderón elogia la colección  Talleres Literarios  del MAAC, como una ventana para descubrir  a nuevos autores. En similar sentido se pronuncia Vera. Calderón destaca, asimismo,  la colección  Bicentenario  de la Casa de la Cultura matriz, en la que se ha editado, entre otros volúmenes,  la obra de Eugenio Espejo.

En lo que coinciden todos es en  la falta de difusión de las publicaciones. “Después del lanzamiento, no se vuelve a saber mucho de ellas, a menos que el mismo autor se preocupe personalmente de hacer algo, lo cual no parece justo”, remarca   Vera. “Sin lectores demandantes, ávidos y curiosos, las publicaciones caen en el vacío”, dice  Ansaldo. Calderón lamenta que Ecuador todavía  no sea un país de lectores, a pesar de los esfuerzos que realizan algunas entidades.

Serrano anota  que hace falta un adecuado sistema de distribución de lo que se edita en provincias, e incluso en ciudades como Quito, Guayaquil y Cuenca, y la creación de estrategias que den lugar a la formación de comunidades de lectores y lectoras.  “Requerimos de más imaginación al servicio del fluido que se mueve del autor que escribe al lector que consume”, indica Ansaldo.

Serrano  repara en los altos costos de los libros que vienen de fuera, que los convierten en objetos de lujo; y también  los de las editoriales locales. “El Ministerio de Cultura, juntamente con la Cámara del Libro y la Casa de la Cultura, debería propugnar una ley efectiva  o algún mecanismo para lograr que los libros no sean objetos inalcanzables”, refiere Serrano.

Calderón anota la poca difusión internacional de los autores nacionales: “No se encuentra a los escritores nuestros  en las librerías internacionales, se quedan a nivel local”. Hace hincapié, por ello,  en la importancia de la Feria Internacional del Libro de Guayaquil, que se realiza, cada año, en el mes de julio. “Creo que tiene  imperfecciones, pero sigue siendo la esperanza de que con el correr de los años sea una auténtica fiesta del libro y se convierta en una gran vitrina, como las ferias de Bogotá o Guadalajara”, anota.

Destaca también los 30 años de vida del Encuentro  Alfonso Carrasco. “Es una actividad que se consolida”, indica. Es, según   dice, un buen espacio para reflexionar sobre la literatura.

BREVES
FIESTA
La Fiesta Internacional de la Cultura, el Libro 2008, se realizó en Quito del 25 al 30 de noviembre. En Guayaquil hubo pocos actos como parte de este programa, que tuvo como  sede al MAAC.

CITA  DE GUAYAQUIL
La Feria Internacional del Libro de Guayaquil se desarrolló  en el Palacio de Cristal del 4 al 13 de julio. Contó entre sus invitados  a los escritores Andrés Neuman, Marcelo Figueras y Monserrat del Amo.

EN CUENCA
El Encuentro sobre Literatura Ecuatoriana Alfonso Carrasco Vintimilla se cumplió del 24 al 28 de noviembre, en Cuenca, y coincidió con la Fiesta Internacional de la Cultura que se efectuó en Quito.

CENTENARIO
Los cien años del natalicio del escritor guayaquileño Alfredo Pareja Diezcanseco se cumplieron el pasado 12 de octubre.  Nació un día  como ese, en 1908. Falleció    el 3 de mayo de 1993.

DICEN ELLOS
RAÚL SERRANO
“El Ministerio de Cultura, juntamente con la Cámara del Libro y la Casa de la Cultura, debería  propugnar una ley efectiva  o algún mecanismo para lograr que los libros no sean objetos inalcanzables”.

CECILIA VERA DE GÁLVEZ
“En cuanto a publicaciones nacionales, me parece que el 2008 no ha sido malo, pero no le encuentro ninguna diferencia significativa con el año anterior”.