Desde los comienzos de 1957 me preocupé de obtener el apoyo del señor Presidente de aquel entonces, el doctor Camilo Ponce Enríquez, para obtener la creación de una Universidad Técnica para la región Litoral.
El éxito sobre la creación se destaca en el informe-mensaje presidencial al Congreso Nacional, el 1 de agosto de 1959, que se refiere al Decreto 1664 del 29 de octubre de 1958, para la creación de la Politécnica del Litoral, inaugurada en mayo del año anterior de manera solemne con cursos regulares de Ingeniería Naval, de Minas y Petróleo. Y en el mensaje del 10 de agosto de 1958, ante el Honorable Congreso Nacional, que dice: “El Instituto Politécnico del Litoral empezará a dar frutos dignos del reconocimiento del Gobierno y del aplauso de la Sociedad”.
El presidente Ponce me dio un reto y me dijo: consiga doctor Baquerizo un local y tres nombres para escoger al rector de la Espol y yo le daré todo mi apoyo y conseguiré la financiación para esta importante creación.
Inmediatamente vine a Guayaquil y hablé con el doctor Antonio Parra Velasco, en aquel entonces rector de la Universidad de Guayaquil y le solicité que me ayude a conseguir un local para que funcione el Instituto Politécnico que queríamos crear.
El doctor Parra, en un acto de generosidad extraordinaria, comprendiendo el esfuerzo y la planificación que habíamos hecho para lograr el funcionamiento de una Universidad Técnica en la especialidad de Petróleo, Electricidad, Minas e Ingeniería Naval, me ofreció en venta el antiguo edificio de la Facultad de Medicina, en 12 millones de sucres, pagaderos en bonos del Estado a 20 años plazo y adicionalmente me ofreció la planta baja de la Vieja Casona para empezar a funcionar a la brevedad posible.
Sobre los tres candidatos a rector, le di una lista que encabezaba el ingeniero León Febres-Cordero, el ingeniero Francisco Arízaga Murillo y el tercero, el ingeniero Walter Camacho Navarro.
Desafortunadamente los dos primeros se excusaron y aceptó el ingeniero Camacho.
Estos son los aspectos de mayor importancia y jerarquía histórica que deben mencionarse en la creación de la Escuela Politécnica del Litoral. Una institución de esta magnitud no se crea por generación espontánea.
Aprovecho la oportunidad para aplaudir y destacar el éxito de la Espol, para preservar toda la integridad del hecho histórico y el agradecimiento a quienes en realidad fueron los impulsores de la idea y su creación.