Joven, desde este mes eres Bachiller de la República del Ecuador; algunas veces sentiste tedio y cansancio de estar en las aulas, en no pocas ocasiones quisiste desistir porque cierta materia era difícil, porque el profesor era una persona intratable, porque tuviste una decepción amorosa o porque las cosas en tu casa no andaban del todo bien. Alguien te aconsejó o tú supiste resolver solo, con sabiduría, las situaciones tensas y te propusiste trabajar, luchar, vencer los obstáculos. Mis felicitaciones, joven ecuatoriano, tanto por el propósito de luchar como por la batalla ganada. Concluir satisfactoriamente el tercer año de bachillerato, presentarse a exámenes de grado y ser proclamado triunfador es una tríada de sucesos que enorgullecen a maestros, a la familia, a la patria.

¿Crees tú que los bachilleres de los años anteriores o los compañeros de tu promoción son todos iguales a ti? No, amiga o amigo, porque tú eres una persona distinta, única e irrepetible; varias circunstancias que son solamente tuyas marcaron tu vida haciéndote semejante a los demás como ser humano, pero diametralmente distinto como persona individual. Quiero, contigo y para ti, revisar valores y motivaciones que sin lugar a dudas fueron importantes en tu vida y que hoy con orgullo llevas en tu mochila personal; desde esas consideraciones me permito poner en tu horizonte razones para vivir, metas que alcanzar e ideales que mantener.

Tus dieciocho años, estoy convencido, te condujeron a saber que existe un Dios; que tú eres parte de un macroplan del Creador y que tu vida tiene una misión intrínseca cual es perfeccionar este mundo creado por Èl; no eres títere o pieza de un rompecabezas; eres persona libre y libremente debes tomar tus decisiones; si tienes a Dios como compañero de ruta, no estás solo, eres un ser privilegiado.

Jamás olvides que Ecuador es tu cuna, tu lugar natal, tu tierra; ámalo con denuedo, con locura, capacítate responsablemente para que tus conocimientos sirvan para mejorar nuestra Tierra y para que tus hijos y otros hijos tengan un futuro mejor que el tuyo; si nadie ama lo que no conoce, conviértete en un viajero empedernido porque cada esquina de la patria te entregará energías y cada región de la misma será un tónico con suficientes fuerzas para transformar tu vida y nuestras vidas. Ecuador te necesita, no eres pieza aislada.

Joven bachiller: tú conoces mucho de las minas de Zaruma o de Nambija y sabes que de esas profundidades salen tesoros que enriquecen a los mineros.
Transfórmate en minero de tu propia cantera. Ahonda en tu espíritu, sumérgete en las profundidades de tu alma y sondea lo que allí existe. Sé que vas a encontrar material desconocido que hará que tu vida se convierta en un crisol de enormes virtudes: trabaja tu voluntad en un yunque, témplala, hazla fuerte, resistente; alimenta tu voluntad con amor, con tolerancia, con solidaridad, con justicia, con mucha paz y con esas virtudes que tus padres te dieron al nacer; tu inteligencia te hace semejante a Dios: explórala, almacena en sus bodegas los conocimientos suficientes para tu realización personal.

Por hoy, nada más. Buen viento y buena mar.