Ese era el coro de una canción muy simpática que he querido citar en este artículo, porque solo falta que nos pidan que apaguemos las velas. Es que, como lo dijimos hace algún tiempo, en este país todo pasa y a la vez, no pasa nada.
Desde que tengo uso de razón, venimos sufriendo los ecuatorianos con los apagones o con la amenaza de apagones, producto del estiaje de Paute.
Es tan frágil nuestra economía que dependemos de que llueva en Paute. Porque si no llueve, hay que repagar energía a Colombia, dar paso al atraco de las barcazas y aun así, en muchas ocasiones, hemos tenido que retroceder algunos siglos, a la época de las velas con los cortes de energía.
Pasan gobernantes, diputados, ministros, contralores y procuradores por el Estado ecuatoriano y aún no hemos podido solucionar un problema neurálgico y prioritario para la nación.
El proyecto Mazar, que sería una de las soluciones al caso, arrancó en su fase precontractual hace años, se adjudicó a una importante empresa internacional vinculada con el área eléctrica, a la que por otros muchos años se le exigió mantener vigentes las garantías sin firmar el contrato para que luego, en el gobierno del Coronel, el proceso sea declarado insubsistente hasta que, actualmente, una empresa estatal está por fin construyéndola para entregarla en el año 2009.
En resumen, se habrán tomado, en el evento de que los plazos se cumplan, más de una década para construir una sola obra, de las muchas importantes y necesarias que en esta materia requiere el Ecuador… ¿Y ahora tienen el descaro de hacernos sentir responsables de los apagones?
¿Resulta que ahora de nuestra renuncia a la luz depende que no haya apagones? ¿Resulta que los comerciantes tienen que vender menos y solo de día para hacer patria?
Es que en el Ecuador vivimos cada absurdo y ya casi ni nos inmutamos. Cuando en el mundo normal las empresas eléctricas esperan aumentar sus ventas y toman previsiones para aumentar su infraestructura y poder cubrir la demanda para generar mayor utilidad, en el Ecuador nos exigen que consumamos menos para evitar los apagones porque no está lloviendo en Paute.
Al diablo la visión responsable del administrador de los bienes públicos: la energía es un bien preciado que vive al arranche en el Ecuador, no un recurso que debe ser explotado para el bienestar de los ecuatorianos y para generar riqueza.
¿Algún día tendremos un gobernante serio que tenga claras las prioridades y desde el primer día de su mandato tome las previsiones necesarias para que los ecuatorianos vivamos acorde con la generosa riqueza de nuestro suelo?
¿O es que seguiremos por mucho tiempo más en manos de los mismos vivos de siempre?, de los que desde el sector privado le meten la mano al Estado, en beneficio de sus intereses personales y desde el sector público nos roban la ilusión a quienes tenemos sus mismos derechos pero no el descaro ni la audacia de mentir, robar y seguir tan campantes por la hipócrita sociedad, como Johnnie Walker.
Ojalá a partir de enero del 2007 tengamos sangre nueva en el gobierno; gente que a lo mejor se pueda equivocar, pero bien intencionada; sin compromisos económicos ni visión monopolista del Estado; gente que llegue a servir y no a servirse el banquete.