Estábamos en la misa y Carolina con toda la solemnidad de sus recién cumplidos 6 años, vestida de rosado impecable, pues era dama de la quinceañera del barrio, abrió muy grandes sus enormes ojos negros humedecidos y dijo: yo quiero pedir por mi perrito Sinchi, que se murió. Toda la asamblea respondió oremos al Señor. Sentado, con una indescriptible tristeza en su rostro, apoyado en su bastón, el Dr. Gutiérrez llora. También su perro se ha muerto. A él también se extiende la plegaria. Actualmente entre los desalojados por Katrina, muchas personas no quieren irse porque sus mascotas fueron su único refugio cuando se quedaron solas y los demás los dejaron a su suerte. Ahora los militares no quieren llevarlas.
Amancay es la orgullosa madre de Quilla, una joven gata que va a parir por primera vez. El parto se presenta mal. El gato nace de rabo y la cabeza no puede salir. Asustada Quilla, corre por toda la casa. Amancay detrás. Hasta que logra tranquilizar a su hija y oficiando de partera jala de la cola del gatito que nace conmocionado pero vivo y se transforma en un hermoso animal color caramelo.
Poli es una gata que eligió la casa donde vive, fiel a sus amores es pareja desde hace 4 años de Niño, un gato grande y bello que siempre viene a visitarla, con o sin hijos. Se huelen los hocicos y se acuestan uno al lado del otro a tomar el sol. La familia dueña de Niño colabora con atunes cuando nacen los retoños, para ayudar como corresponde... Poli da a luz a los pies de la imagen de la Virgen María que tiene una gruta en el barrio. Luego una chancha en apuros también tuvo allí sus puerquitos, por lo que se convirtió en la Virgen del buen parir de los animales, antes de ser trasladada al cerro desde donde domina el barrio y donde siguen cobijándose los animales en apuros de parto.
Leí que en Francia una familia adoptó un gato callejero, una fría noche que maullaba pidiendo cobijo. Años después se desapareció también de noche, mientras una fuerte nevada hacía temer lo peor para él. A la mañana siguiente lo encontraron ronroneando, mojado, tendido encima de algo, fueron a ver y encontraron un niño recién nacido que el gato había mantenido vivo con su calor.
La Dra. Marina Argudo era muy querida por sus múltiples dotes y capacidades y conocida por su amor a los gatos, al igual que su madre. Cuando su madre enfermó y falleció, yo me encontraba sola en su casa acompañando a su padre. A la hora que ella falleció, el gato dio varias vueltas sobre sí mismo y también expiró.
Los negros finos están muy atareados cuando tienen crías. Bajan a comer en la balaustrada de la casa, donde se les pone arroz. Un día traen a un polluelo que hace su primer vuelo en medio de sustos. Lo rodean. El pajarillo se cae. Los dos padres con sus picos lo toman de las alas, lo levantan y lo suben al árbol cercano.
Bijou, el perro que acompaña a Pepe Gómez en su casa, es una esponja de lo que le sucede. Tanto, que se comenta que hay que mirar al perro para saber cómo está la salud del Padre… Él acompaña siempre, cuando por las noches, se hace la celebración de la palabra y se distribuye la comunión. Una tarde estaba muy cansada y decidí acostarme antes. El perro, parte activa de la celebración, hizo que le abrieran la puerta, vino a mi cuarto y de un salto se trepó en la cama, me ladró con ahínco en el oído, hasta que me levanté. Solo se calmó cuando participé en la liturgia.