La estrategia de desmovilización de los grupos  paramilitares en Colombia constituye "una peligrosa parodia", aseguró el jueves  Amnistía Internacional, que afirma que los paramilitares que dejaron las armas  en Medellín, la segunda ciudad del país, siguen matando con impunidad.
  
En un informe publicado en Londres, titulado "Los paramilitares en  Medellín: ¿desmovilización o legalización?", la organización defensora de los  derechos humanos advierte que este plan del gobierno colombiano amenaza  "consolidar el paramilitarismo" en el ya convulso país.
  
Para apoyar su tesis, Amnistía documenta el fracaso de la desmovilización  en noviembre de 2003 del grupo paramilitar de derecha Bloque Cacique Nutibara  (BCN) de Medellín, que "sigue actuando como una fuerza militar".
  
Los miembros de este "temible grupo", que supuestamente dejaron las armas,  "siguen matando y amenazando a los defensores de los derechos humanos y a los  activistas comunitarios locales, reclutando a miembros y actuando conjuntamente  con las fuerzas de seguridad" del gobierno, advirtió el documento.
  
"En lugar de ilustrar la estrategia nacional de desmovilización ideada por  el gobierno", el proceso en Medellín "ha resultado ser una ilusión mortífera",  denunció el grupo defensor de derechos humanos, con sede en Londres.
  
Según el informe, los grupos paramilitares en Medellín siguen actuando como  una fuerza militar, matando y amenazando a activistas de derechos humanos y  reclutando nuevos miembros, además de servir junto a las fuerzas  gubernamentales-
  
Los miembros de Cacique Nutibara - el primer grupo de la organización  paramilitar de derecha Autodefensas Unidas de Colombia que se desmoviliza en el  marco del plan para desarmar a sus 12.000 combatientes antes de fin del año -  ahora "encubren sus actividades", denunció Amnistía.
  
"Se hacen pasar como miembros de firmas privadas de seguridad o actuando  como informantes para las fuerzas de seguridad", criticó la organización.
  
Amnistía Internacional considera que el punto más débil del proceso de  desmovilización paramilitar es la recién aprobada Ley de Justicia y Paz, y el  Decreto 128, que otorgan marco legal al proceso.
  
Esa Ley de Justicia y Paz "abrirá la puerta al reciclaje de los miembros de  grupos paramilitares, incluso de aquellos rsponsables de homicidios,  secuestros, desapariciones y torturas, convirtiéndolos en guardias de  seguridad, policías civiles e informantes", advirtió Marcelo Pollack, un  investigador de AI, que llamó al gobierno a revisar ese marco jurídico.