Añoranzas de mi vieja escuela Alberto Castagnoli (Sígsig) y del Colegio Normal Orientalista (Cuenca-Quito) me llevan con frecuencia al texto de Gramática de la Lengua Española del sacerdote P. Rodolfo Ragucci sdb; de ese libro recuerdo con beneplácito las frases célebres de pensadores ilustres y los refranes que fueron llenando mi mochila personal con equipamiento interesante para la vida; de allí saco esta frase: “es necesario poner los puntos sobre las íes”, que según explicaron mis maestros, significaba “toda acción destinada a esclarecer aspectos dudosos, a precisar generalizaciones, a no dejar cabos sueltos, a buscar la verdad, a evitar ambigüedades”. Esto es lo que necesita ahora el Ecuador: poner algunos o muchos puntos sobre varias íes que requieren de urgencia puntualizaciones inmediatas. Les invito a reflexionar: si ustedes coinciden conmigo háganmelo saber, difundan estos conceptos; el Ecuador requiere de un camino para alcanzar las metas propuestas.
-Necesitamos reformular el cuerpo legal indispensable para hacer realidad la vigencia de una vida en democracia, sabedores de que en los últimos veinticinco años hemos sido testigo de atisbos democráticos, jamás de una vigencia real de la democracia porque muy pocos, no siempre los mejores, determinaron nuestra suerte a espaldas de nuestros verdaderos intereses.
-Para reformular el cuerpo legal es menester trabajar intensamente en las mesas de diálogo, realizar una consulta popular y de ser indispensable llegar a la Asamblea Constituyente; estos pasos son lógicos y a mi juicio necesarios para conseguir lo que buscamos.
-Misión del presidente Alfredo Palacio G. es “preparar la cama a la democracia para que esta pueda dormir tranquila por muchos lustros, en nuestro Ecuador”, realización suficiente para inmortalizarlo.
-Se dice siempre que “la prisa es mala consejera”; es fundamental que todos los ecuatorianos entendamos que el camino para conseguir lo que los forajidos proclaman y lo que el Ecuador requiere tiene que recorrer necesariamente los vericuetos de las reformas legales; sin este trámite entramos al túnel oscuro de la anarquía.
-“Que se vayan todos” no es posible por arte de magia, porque no somos magos; “porque nos da la gana”, no hay legislación para las ganas; “porque son unos vagos o infelices”, tampoco, porque con las leyes hay que demostrarlo para castigarlos; gritar, zapatear, silbar, golpear cacerolas, en buena hora porque son signos externos maravillosos para despertar la conciencia de un pueblo y empujar para que los cambios se hagan y nada más. “Que se vayan todos los que se deben ir y que cambie todo aquello que impide una democracia real”, solamente será posible si empleamos nuestras fuerzas y nuestros sudores para que funcionen a velocidad las legítimas instancias para alcanzar las metas que todos anhelamos.
-Es importante, además, que no se pierda el respeto por la edad de las personas o que se subestime la experiencia. Cuerpos viejos también albergan mentes jóvenes. Ecuador sí tiene gente honesta, gente valiente, gente sana, con pocos y con muchos años de edad. Los notables existen, los ciudadanos ejemplares, también; decir que hay un solo notable, el pueblo, es una frase bonita y una gran mentira; notables son las mujeres y los hombres del pueblo que vivieron o viven sus vidas de manera notable y esto no lo hacen todos, por desgracia.