A pesar de haberse declarado culpable de colaborar en los ataques del 11 de septiembre del 2001, Zacarias Moussaoui, la primera persona que podría ser ejecutada en Estados Unidos por ese atentado, señaló que luchará por no ser condenado a muerte. 
 
Tras declararse culpable el viernes, Moussaoui dijo que "lucharé sin ceder ni un centímetro contra la pena de muerte". Su posición da un giro radical a la ofrecida la semana pasada, en la que le confesó a la juez Leonie Brinkema que buscaría la pena capital. 
 
El acusado se declaró culpable de seis cargos de conspiración con los líderes de Al Qaeda para perpetrar los ataques. Cuatro de los cargos acarrean la pena capital. 
 
Por primera vez, Moussaoui declaró en público que Usama ben Laden, líder de Al Qaeda, le dio instrucciones directas de estrellar un avión contra la Casa Blanca. No dijo en qué fecha habría de ejecutarse dicha acción. 
 
El defensor, que se ha mostrado muy volátil e injurioso durante tres años de riñas legales, se mostró educado, calmado e inclusive llegó a bromear. 
 
Cuando la juez le indicó que podría verse obligado a pagar una multa de 250.000 dólares, Moussaoui soltó una carcajada y se preguntó de dónde iba a obtener el dinero. 
 
Brinkema alabó al terrorista por mostrar   un mejor entendimiento del sistema legal estadounidense que muchos otros abogados que he visto en la corte. 
 
Poco después que Brinkema aceptara la declaración de culpabilidad de Moussaoui, el secretario de Justicia, Alberto Gonzales, dijo en conferencia de prensa que buscarían la pena de muerte. 
 
Sin embargo, con la negativa de Moussaoui se atisba una dura batalla legal. 
 
Según Moussaoui, su cambio de parecer se produjo tras una conversación con la jueza, que de acuerdo a sus palabras, le dio un entendimiento más claro de sus derechos. 
 
Brinkema le comunicó que su declaración de culpabilidad no eliminaba sus derechos de seguir luchando por obtener declaraciones mitigantes de tres líderes de Al Qaeda detenidos bajo jurisdicción estadounidense. Moussaoui dijo estar dispuesto a presentarse de nuevo ante la Corte Suprema para obtener acceso a los prisioneros, una petición que ya le negaron previamente.