Expertos dicen  que  la vida del agredido depende de su reacción ante un atraco y que si este no puede defenderse deberá colaborar  para preservar su existencia.

Cuando Rodrigo (nombre protegido) un taxista de 32 años de edad y 10 de actividad, vio que uno de los dos pasajeros que llevaba en su auto Nissan Sentra lo apuntaba a la cara con un revólver, lo primero que hizo fue empujar el arma.

En cuestión de segundos el asaltante jaló el gatillo y con suerte la bala solamente rozó el hombro izquierdo de la víctima que enseguida bajó de su carro, a pesar que el delincuente seguía apuntándolo con el arma y le exigía que subiera al auto.

Publicidad

Eran las 18h40 del sábado 26 de marzo pasado y Rodrigo huyó corriendo por las solitarias calles de la ciudadela Samanes 7 (norte de Guayaquil), adonde llegó realizando una carrera que los dos supuestos pasajeros le solicitaron en Sauces 4.

Así escapó de ser víctima de un robo con secuestro express, aunque en los diez últimos años, por dos ocasiones, fue retenido momentáneamente por delincuentes que en esa época le robaron su auto Lada.

Una semana después del atraco este taxista admite que su reacción pudo haberle costado la vida y considera que está vivo de milagro.

Publicidad

Según las denuncias presentadas en la Fiscalía Adjunta a la Policía Judicial del Guayas (PJ-G), en Guayaquil, quince personas han perdido la vida en lo que va de este año por resistirse a un asalto.

La última víctima mortal fue José Seferino Chóez Cruz, comerciante de 44 años, quien el pasado 13 de marzo fue asaltado  en la cooperativa Reina del Quinche 1 del Guasmo Sur, por pandilleros que le robaron su mercadería, documentos, ropa y por resistirse, lo atacaron a botellazos.

Publicidad

Los atracos más comunes en esta ciudad son  a transeúntes y a conductores, por medio del secuestro express, delito que hasta el viernes pasado aumentó a 70 en lo que va del año, según las denuncias  en la Fiscalía de la PJ-G.

Preservar la vida
El psiquiatra Juan Montenegro, director del departamento Médico Legal de la Policía y el experto en seguridad, Daniel Adler, presidente ejecutivo de Bitajon Israeli Security, señalan que la vida de la víctima depende de sus actos.

“El 80% de la reacción del ser humano ante la adrenalina  es de paralización o descargas violentas de aceleración. Lo más probable es que ante la reacción descontrolada de la víctima el delincuente opte por jalar el gatillo y la mate. Esto hacen los novatos”, señala Adler.

Montenegro también sostiene que en un asalto el agredido puede paralizarse o reaccionar de manera brusca poniendo en peligro su vida. Sin embargo sostiene que cualquier delincuente puede responder de la misma manera violenta, matando a la víctima.

Publicidad

“Los delincuentes están preparados para esta situación y saben que lo que están haciendo está al margen de la ley, por lo tanto van a defender su vida, aun a costa de la de su víctima”, indica.

Destaca que por lo general los atacados quedan paralizados porque no están acostumbrados a experimentar este tipo de situaciones y porque el atacante actúa con un arma y la ventaja del factor sorpresa.

La víctima entra en un estado de shock o trance que dura varios segundos y durante el cual pierde la realidad del tiempo y el espacio, sin poder responder a las exigencias del atacante que cree que no quiere colaborar y comienza a agredirlo físicamente, agrega Montenegro.

Adler señala que la mejor metodología es la disuasión o prevención del delito para lo cual hace varias recomendaciones a conductores y transeúntes.

Montenegro recomienda que cuando una persona esté en una situación de asalto observe las desventajas o ventajas que tiene frente al atacante antes de cometer cualquier acción que pueda costarle la vida.

“Si el agredido no puede defenderse entonces tiene que volverse un colaborador obligado con el agresor para proteger su vida”, indica.

CONSEJOS

ESPECIALISTA
El psiquiatra Juan Montenegro señala que luego de un ataque de delincuentes las víctimas sufren un estado de estrés postrauma con miedos a conducir o salir solas, alteraciones del humor, sueño e ingesta de comida, entre otros. Por eso recomienda visitar a un especialista en salud mental.

VÍCTIMAS SIN DINERO
Montenegro indica que quienes matan a sus víctimas en un asalto son personas generalmente con dependencia por la droga y que descargan su frustración al no encontrarles dinero para seguir su adicción.