Un Michael Jackson despeinado, en pijama y zapatillas, tras llegar más de una hora tarde, asiste este jueves al juicio que se celebra en su contra por abusos sexuales, en una jornada en la que declara el menor que le acusa.
 
El cantante, que había alegado dolor de espalda y caminaba con visible dificultad, llegó al juzgado a las 9.35 horas locales (17.35 GMT), una hora y cinco minutos después del horario previsto, y solo después de que el juez encargado del caso, Rodney Melville, le amenazara con una orden de detención por desacato si no comparecía.
 
Su entrada fue tan espectacular como la tensa espera. Jackson, quien hasta ahora siempre había comparecido ataviado de manera impecable, llegó como recién salido de la cama: con el pelo encima de la cara y un abrigo que no conseguía ocultar un pantalón de pijama azul y zapatillas de andar por casa.
 
Tras conversar a puerta cerrada con los abogados del caso, Melville decidió que no se tomarían medidas contra el cantante por su tardanza y el juicio continuaría normalmente.
 
De haber entrado en vigor la orden de detención, hubiera dejado al cantante bajo custodia de las autoridades y Jackson hubiera perdido la fianza de tres millones de dólares que depositó al comenzar el caso.
 
"El señor Jackson tenía un problema médico y me fue necesario ordenar su comparecencia", explicó el juez en la sala. 
 
El menor que acusa al cantante Jackson de abusos sexuales declara hoy, sentado en el estrado, en un caso donde el veredicto del jurado dependerá en gran parte de la credibilidad de su testimonio. 
 
El joven de 15 años, 13 en el momento de los supuestos abusos, comenzó su testimonio el miércoles y a preguntas del fiscal Tom Sneddon dijo que Jackson era "su mejor amigo en el mundo".
 
El testimonio desgranó el comienzo de esa amistad sin que por el momento el jurado haya escuchado los puntos más escabrosos de este proceso, los temas de índole sexual.
 
El menor sí indicó en su declaración cómo el intérprete de "Bad" le dio a beber para tranquilizarle "zumo de Jesús", el término que el cantante utilizó para describir el vino.
 
También señaló que navegó por direcciones pornográficas en internet con él, aunque aclaró que el que se encargaba del ordenador era uno de sus asistentes.
 
Y que Jackson le indicó qué decir durante la grabación del documental "Living with Michael Jackson", frases como que su amistad había sido clave en su cura del cáncer.
 
El cantante se ha declarado inocente de todos los cargos. Si el jurado lo declara culpable, Jackson puede ser condenado a una pena máxima de 20 años de cárcel.