Desde enero hasta la fecha, 157 adolescentes entre 12 y 18 años, fueron aprehendidos por tenencia de droga.

A los 10 años, Diana (nombre ficticio) tuvo que convertirse en padre y madre de sus pequeños hermanos y hacerse cargo de las responsabilidades de su hogar.

Su padre murió hace ocho años, pero fue desde la muerte de su madre, hace dos, cuando tuvo que asumir su nueva realidad. Ella tiene hoy 12 años y sus hermanos 8, 6 y 4.

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Diana dejó de estudiar y se dedicó a trabajar para pagar el arriendo de la casa y para alimentar a sus hermanos.

Vendió caramelos en las calles y en los buses, pero no fue suficiente. Lo único rentable resultó ser la venta de droga, en pequeños paquetes de plástico.

El centro de operaciones fue su propia vivienda, adonde acudían con frecuencia varias personas. Diana asegura que no sabía que la actividad que realizaba para sostener su hogar era ilícita.

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El pasado 1 de octubre, agentes de Antinarcóticos la detuvieron en posesión de 553 gramos de marihuana y 56 gramos de cocaína, delito por el cual un mayor de edad puede ser condenado a hasta 25 años de prisión.

Ahora Diana recibe ayuda en el Hogar El Buen Pastor de Conocoto, mientras sus pequeños hermanos son asistidos por familiares y otras instituciones de beneficencia.

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Necesidad económica

Desde enero hasta la fecha, 157 adolescentes entre 12 y 18 años han sido aprehendidos por tenencia de droga, durante operativos realizados en todo el país.

Las provincias de mayor incidencia son Pichincha con 41 menores detenidos, Guayas con 36 y Manabí con 22.

La necesidad económica y el desconocimiento de la gravedad del delito y su condena son dos de las causas que motivan a menores de edad a involucrarse voluntaria o involuntariamente en redes de tráfico de estupefacientes.

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Así lo revelan Aída León, asesora legal de la Dirección Nacional de Antinarcóticos, y Edwin Tufiño, agente investigador y oficial de Logística de la Dirección Nacional Especializada para Niños y Adolescentes (Dinapen).

La funcionaria explica que para vender droga, los verdaderos responsables de las redes de narcotráfico utilizan a niños y adolescentes de la calle, menores cuyos padres son fallecidos o se encuentran fuera del país.

Sin embargo, de acuerdo con el Código de la Niñez y Adolescencia (artículo 307), los niños que no hubieren cumplido los 12 años no pueden ser aprehendidos. La ley determina que sean entregados a sus padres o en caso de no tenerlos pasen a manos de la Dinapen.

Un menor adolescente puede ser condenado a hasta cuatro años. La sentencia se cumple en hogares donde reciben formación académica, además de orientación moral y en algunos casos cristiana.

A pesar de las penas, cada vez más menores se involucran en el tráfico de drogas. En varios operativos, la Policía detuvo la semana pasada a cuatro menores implicados en ese delito.