La competencia desleal, sin control de las autoridades frena la industria láctea, indica Tito Gutiérrez.

No es fácil hacer empresa en Ecuador, por la competencia desleal que existe y la falta de  organismos de control; de nada sirve que trabajemos unos pocos con las mejores normas de calidad, si estamos en un medio desleal donde no se valora este parámetro y se paga a todos por igual, expresó Tito Gutiérrez, presidente de Lácteos La Finca, ubicada en Latacunga,  provincia de Cotopaxi.

Basado en su largo historial familiar, de más de 30 años en la industria láctea y luego de hacer grandes inversiones para satisfacer las necesidades de los clientes y ofrecer un mejor producto, el empresario se pregunta por qué no es posible que todos tengan el mismo control, trabajen por una buena calidad, aspiren a los mismos precios y obtengan las mismas oportunidades estando a las puertas de la firma de un tratado de libre comercio con Estados Unidos.

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Para entrar al TLC, explica Gutiérrez, no estamos preparados, pero las circunstancias nos están empujando, hay que coger el salvavidas que tengamos, pero primero debemos pensar en la organización interna. Si nosotros no tenemos una organización adentro, estamos más desprotegidos; si no tenemos tecnología y capital, no podemos ser competitivos, argumentó.

El problema radica, afirma el empresario, en que cualquier procesador sin tecnología puede vender en cualquier esquina sus productos sin cumplir ningún reglamento y sin pagar impuestos.

En cuanto a las fincas, hay control y los ganaderos se preocupan porque así sea, sostiene, además las empresas pasteurizadoras reconocidas supervisamos la calidad. En mi caso –acota Gutiérrez–, estamos comprando directamente en las fincas y hacemos los análisis necesarios. “Creo que en el país es importante  estandarizar el sistema de producción, establecer reglas claras de juego en el mercado para todos y tener un control severo. Nosotros somos contribuyentes especiales pero esto no corre para todos, queremos que todos estemos en las mismas condiciones para poder ser competitivos hacia afuera”, recalcó.

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Por su parte Fanny Moya, gerenta de producción, enfatizó que a pesar de haber iniciado artesanalmente el trabajo, poco a poco se han automatizado y anhelan exportar. Aun no  lo han logrado debido a los altos costos para importar  la materia prima, lo que les ha  impedido competir económicamente.

 

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