Se cumplieron 25 años de la muerte del Dr. Velasco Ibarra, por cinco ocasiones presidente del Ecuador. Nada más oportuno que recordar la figura de este patriota. Murió de tristeza por la muerte de su esposa Corita, y pobre.

José María Velasco Ibarra escribió en 1943 a un comité velasquista: “Dadme un balcón y yo iré a la presidencia de la República”. Y lo cumplió. El balcón se convirtió durante 40 años en el símbolo del poder, que ejerció durante 12 años, 10 meses y 3 días, de los cuales 3 años y 16 días actuó como dictador.

El doctor Velasco Ibarra nació en Quito el 19 de marzo de 1893. Fue hijo del Ing. Alejandrino Velasco y de doña Delia Ibarra. Sus estudios secundarios los realizó en el colegio San Gabriel y los superiores en la Universidad Central. Su tesis doctoral versó sobre El sindicalismo.

La campaña parlamentaria contra el presidente de la República, Juan de Dios Martínez Mera, fue el inicio de su vida pública. Elegido diputado por las fuerzas bonifacistas, Velasco irrumpió con una oratoria fogosa y una elocuencia arrebatadora. Martínez Mera finalmente renunció.

Convocadas las elecciones, Velasco “barrió” a sus contrincantes, e inició su primer mandato el 1 de septiembre de 1934. Con una oposición beligerante no pudo gobernar, disolvió el Congreso y convocó a una Asamblea Constituyente. El ejército no admitió la dictadura y el presidente tuvo que exiliarse.

La segunda presidencia de Velasco se produjo con la “gloriosa”, una revolución popular que echó del poder a Arroyo del Río, luego del descalabro territorial del 41. Recibido como héroe, fue proclamado Jefe Supremo por el pueblo y todas las fuerzas políticas. Pero el gobierno tuvo dificultades. Un golpe de Estado comandado por su ministro de Defensa, coronel Carlos Mancheno, depuso a Velasco el 23 de agosto de 1947.

El tercer mandato –único que logró terminar– lo ganó nítidamente en junio de 1952, con la más alta votación jamás registrada hasta entonces. Candidato a la primera magistratura, en 1960 ganó las elecciones. Gobernó hasta el 7 de noviembre de 1961, en que fue depuesto y deportado. En 1968, luego de un exilio voluntario en Buenos Aires, retornó al Ecuador y obtuvo por quinta ocasión la presidencia. El “carnavalazo” del 15 de febrero de 1972 llevó al poder al general Guillermo Rodríguez Lara, quien lo derrocó.

Ajeno a los placeres mundanos y a las ambiciones económicas, la vida de Velasco giró alrededor del concepto del valor del hombre y su dignidad. Sus fogosas campañas electorales, sus destierros y calamidades personales que los afrontó con “Corita”, su esposa, no lograron minar su espíritu valeroso, su amor por las causas de los humildes.

Su energía vital se mantuvo incólume hasta su muerte, el 30 de marzo de 1979. La democracia ecuatoriana le debe mucho a este líder honrado, patriota y capaz.