El papa Juan Pablo II pidió el viernes “perseverancia y amor” a las comunidades cristianas que sufren persecución en distintas partes del planeta por la intolerancia religiosa. El llamamiento coincidió con la festividad de San Esteban Protomártir, primer discípulo de Cristo que derramó su sangre a causa de su fe cristiana, que fue lapidado y “murió perdonando a sus asesinos”,  dijo el Pontífice.