El presidente peruano, Alejandro Toledo, acusó ayer a la prensa de “sabotear” a su gobierno, por preguntar por su decisión de cambiar al jefe del organismo central de inteligencia a raíz de un presunto seguimiento a periodistas.
El sexto cambio de jefe en menos de tres años se dio después que una televisora transmitió fragmentos de una conversación privada entre Toledo y uno de sus asesores.
El nuevo jefe del Consejo Nacional de Inteligencia (CNI), Daniel Mora, general del Ejército en retiro y militante del gobernante Partido Perú Posible, reemplaza a Alfonso Panizo, almirante también en retiro.
La designación de Mora fue puesta en tela de juicio por el ministro del Interior, Fernando Rospigliosi, quien indicó que, como en otros países, el servicio de inteligencia nacional debe estar en manos de civiles.
El legislador oficialista Luis Solari dijo que lo primero que tiene que investigar Mora es quién o quiénes filtran informaciones de inteligencia a medios de comunicación.
Hace más de un mes, el periodista César Hildebrandt divulgó en un programa televisivo fragmentos de una conversación telefónica privada entre Toledo y uno de sus asesores.
Del diálogo se desprendió que Toledo quería saber cuál era el estado anímico de pobladores de Arequipa, donde hace un año la represión policial contra opositores de la privatización de una empresa eléctrica dejó dos muertos.
El 15 de agosto el Mandatario viajó a Arequipa y en la plaza principal fue abucheado por moradores que le arrojaron diversos objetos.
Tras la difusión de su conversación telefónica, Toledo dijo que esta vez me la pagan ... rodarán cabezas ... caiga quien caiga y ordenó a Panizo que investigara quién espió su diálogo.
Otra periodista de televisión, Cecilia Valenzuela, informó que reporteros de su programa eran seguidos por elementos del CNI.
El vicealmirante admitió el seguimiento, pero indicó que el objetivo no era atentar contra la libertad de prensa sino determinar quiénes filtraban información a los periodistas. Panizo entregó su informe, pero el documento fue declarado secreto.
Según el diario La República, en la salida de Panizo confluyeron intereses de militares y funcionarios del gobierno.
Según el diario, en algunos sectores del Ejército había malestar por el hecho de que el CNI estuviera en manos de un ex marino.
Un segundo nivel de intriga se podría derivar de la investigación que el CNI realizaba sobre empresas que hacían interceptaciones telefónicas ilegales, porque los presuntos involucrados son militares y policías en retiro con altos rangos y contactos de alto nivel, dice el diario.
Así, la interpretación de que el partido toledista se “apoderó” del aparato de inteligencia era hoy uno de los principales ángulos de enfoque del periodismo y de analistas preocupados por posibles consecuencias de esa situación.