Pachakutik, y con él los pueblos indígenas en general, se encuentran en una situación difícil, al aceptar a regañadientes mantenerse en un Gobierno que ha tomado el mismo tipo de decisiones económicas, ortodoxas y tradicionales que exige el Fondo Monetario Internacional y contra las cuales ellos, los indígenas, se han manifestado incesantemente.
En la misma situación se encuentra el MPD, pues uno de sus permanentes caballos de batalla ha sido la lucha contra las alzas de precios de todo tipo, lo cual no ha impedido que varios de sus cuadros más importantes ocupen en silencio cómodas posiciones burocráticas.
Sin embargo, a algunos dirigentes de uno y otro partido, ante la presión de las bases y para quedar bien con ellas, no les ha quedado otro camino que decir que si el Gobierno no actúa de manera distinta hacia el futuro o no modifica su conducta, calificada de neoliberal, tendrán que suspender su colaboración en las tareas administrativas del régimen.
Tal vez a Lucio Gutiérrez no le quedaba otra opción que la que ha tomado, pero los otros gobiernos que han padecido la arremetida de los indígenas y los profesores por causas similares a lo mejor tampoco tenían otra alternativa, pero en unos casos estos grupos han sido benignos y contemplativos como en el actual, y en otros combatientes y beligerantes como antaño. Los mismos motivos que sirvieron de base para derrocar a dos gobiernos, el de Bucaram y el de Mahuad, ahora no tienen mayor importancia y esa aparente falta de sensibilidad es la que puede provocar un colapso en el interior de Pachakutik, no así del MPD, pues este partido luce como más acomodaticio y tolerante si sus jerarcas ocupan oficinas públicas. El temperamento de la gente y aun su visión de las cosas, cambia según sean los actores en el escenario político nacional, por lo que cada vez se actualizan los versos de Campoamor, aquellos que dicen en este mundo traidor nada es verdad ni mentira, todo es según el color del cristal con que se mira.
Los pueblos indígenas no pueden ocultar que no se sienten cómodos al ser copartícipes de unas medidas económicas que en la campaña dijeron que no se iban a tomar, pues temen que su gente reclame la falta de observancia del principio del ama llulla (no mentir), cuya inclusión en la Constitución ellos promovieron e impulsaron, junto con los de ama quilla y ama shua, como deberes y responsabilidades cívicas de todo ciudadano.
El matrimonio de Lucio Gutiérrez con Pachakutik puede marchar talvez como uno morganático, es decir que cada uno (de los cónyuges) podría conservar sus respectivas posturas precedentes, lo que permitiría a Pachakutik ser aliado del Gobierno en aquello que está de acuerdo y cuestionar aquello en que no lo está. Así se evitaría un divorcio prematuro.