Aunque lleva más de 20 años escribiendo, es recién ahora que se anima a publicar su primera novela. La denominó Camino a Yangana y fue precisamente una serie de cuestionamientos sobre el crecimiento, las dificultades que tienen los jóvenes para adaptarse a la sociedad y la vida en sí que su hija menor le hacía, lo que la impulsó a tomar la decisión. El libro de Ana María Heinert es ya una realidad.

“Son relatos de fantasías, pero el mensaje que lleva son los cambios, las transiciones de las que los chicos que van de la parte infantil a la adolescencia se enfrentan”, señala la también psiquiatra.

Heinert agrega que en la obra lo que se trata de alguna manera de mostrar cómo ellos pueden, en unión de sus padres, afrontar esos cambios. “Parte de aceptar el cambio es enfrentarse con nuevas situaciones que quizás antes no las manejaban. A medida que crecemos tenemos más responsabilidades, tenemos que ser más coherentes con nuestros actos”.

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En esta novela se recorre junto a su protagonista Irina (una niña que se rehúsa a aceptar su incalculable poder y teme a la posibilidad de ser diferente), un universo repleto de misterios y aventuras, aprendizajes sobre el crecimiento.

Sobre el nombre de la obra, su autora comenta que tal como el camino a Yangana (un poblado cerca del Valle de Vilcabamba, en Loja) la vida es un camino sinuoso y de altas y bajas. (I)