Uno de los mayores placeres para quienes crecimos en los años 80 y 90 era llegar a casa de la escuela o el colegio. Y mientras las madres preparaban los alimentos, que luego nos serviríamos, uno podía encender la televisión y sintonizar Ecuavisa. De inmediato aparecía en pantalla un ser que se había convertido en parte de la familia, era infaltable a la hora del almuerzo, era Bernard Fougères, quien falleció la noche del sábado a los 84 años de edad.
Durante tres décadas con su programa El show de Bernard, este francés, que en muchas ocasiones se confesó un enamorado de Ecuador y su gente, se adentraba día a día en los hogares ecuatorianos con una variedad de temáticas que iban desde la música, el arte, la cultura e incluso el tema social.
“Su presencia en Ecuavisa, desde su fundación en 1967, marcó un hito con un programa que caló hondo en el afecto de los televidentes. Era un hombre carismático, polifacético, ameno, excelente pianista y notable entrevistador. El show de Bernard, que llegaba al mediodía a los hogares, fue un espacio que quedó grabado en el recuerdo de los ecuatorianos, quienes hoy lamentan su partida”, refiere Xavier Alvarado Roca, dueño de la televisora, sobre el legado de Fougères.
Publicidad
Añade que el entrevistador, que realizó “brillantes reportajes, como aquel de tocar piano” en el cráter del volcán Cotopaxi”, y señala que era la persona perfecta para ese programa, “por su gran capacidad para comunicarse con el público”. “Tenía ese don para llegar, con su simpatía y carisma, a una teleaudiencia ávida de espacios de música y momentos de gratos esparcimientos”.
Lea también: Bernard Fougères, ese 'simpático intruso' que almorzaba con los ecuatorianos todas las tardes
Quien también trabajó de cerca con Fougères fue Carlos Ycaza, editor de La Revista y de Vida y Estilo de Diario EL UNIVERSO. “Le dio a la televisión nacional un carácter muy realista y al mismo tiempo con una sensibilidad a los temas culturales y al tema del entretenimiento muy balanceado. Bernard era una persona que se podía sentar con el artista pop del momento y también se sentaba con un pianista de alcurnia y hablaban profundamente, eso ya no hay en este momento en la televisión nacional”, dice quien fue hasta 1989 gerente de programación de Ecuavisa.
Publicidad
Con mucho cariño lo recuerdan otros de sus amigos como David Harutyunyan, director de la Orquesta Filarmónica Municipal. “En algunas ocasiones estuvo en mis conciertos opinando sin piedad, luego me daba consejos muy necesarios que me han ayudado mucho”, cuenta el armenio que se conoció con Fougères en 2002 cuando su esposa, Evelina Cucalón, era presidenta de la Orquesta Sinfónica de Guayaquil, de la que Harutyunyan fue director por 15 años.
“Lo conocí primero escuchándolo y viéndolo en la televisión, luego lo conocí personalmente en una entrevista cuando gané el concurso de Paquita (1991). Desde aquel día que lo vi por primera vez me enamoré de ese hombre fantástico, hombre dulce, lleno de vida y chispa en su mirada”, confiesa la cantante guayaquileña Pamela Cortés.
Publicidad
El dramaturgo Cristian Cortez comenta, que además del legado que Fougères deja a su generación, “lo admiraba mucho por sus críticas gastronómicas, una faceta que muy pocos conocían de él, quien siempre buscaba darle un espacio al periodismo gastronómico que es muy escaso en nuestro país”. (I)