Para tomar gaseosas, tés, jugos o malteadas, la mayoría de ecuatorianos hemos utilizado, al menos una vez, sorbetes. Se usan y se desechan sin pensar en las consecuencias que esto implica en la naturaleza. Pero ¿realmente son necesarios?

Según el movimiento mexicano Somos Antipopotes, su uso es un mal hábito ya que si la persona no tiene una discapacidad, son innecesarios.

La organización afirma que diariamente se utilizan 500 millones de sorbetes a nivel mundial y que una persona puede usar 38.000 en toda su vida.

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El tiempo que destinamos para su utilización es de 15 a 20 minutos, pero cada sorbete tarda cien años en degradarse. Luego de ser desechados llegan a los océanos y afectan a especies marinas que los ingieren pensando que son alimento.

Es por esto que varios países evalúan la restricción de la venta y uso de los llamados plásticos de un solo uso. Esta semana, la primera ministra británica, Theresa May, propuso la prohibición de vender sorbetes, agitadores de líquidos y cotonetes de plástico.

Vea también: Gran Bretaña evalúa prohibir ciertos productos de plástico, para evitar que al desecharlos contaminen océanos

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Además, empresas transnacionales de comida también anunciaron la restricción en la utilización de este implemento. McDonald’s, por ejemplo, probará sorbetes de papel en algunos de sus locales del Reino Unido desde el próximo mes y los mantendrá detrás del mostrador para que solo los clientes que los necesiten los pidan.

En Ecuador también hay restaurantes que han comenzado a eliminar las pajillas como parte de sus servicios. En el Café de la Vaca, que tiene locales en Machachi, Cayambe y San Luis, en la provincia de Pichincha, desde hace dos años y medio no acompañan sus bebidas con sorbetes. María Sol Guarderas, gerenta de la cadena, asegura que cuando implementaron la iniciativa tuvieron resistencia.

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“Al principio los clientes pensaron que no les dábamos sorbetes por tacaños. Capacitamos a nuestros meseros para que expliquen el impacto ambiental de utilizar sorbetes, de a poco los clientes aceptaron”, dice.

Cuenta que la idea surgió al observar “a un cerdo defecar” y luego que terminó “le colgaba algo, era un sorbete”.

En el Café de la Vaca también utilizan, desde hace cuatro meses, empaques para llevar comida 100 % biodegradables hechos de bagazo de caña.

“Los clientes contribuyen con $ 0,50 por estos recipientes”, dice Guarderas.

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Galápagos es la única provincia del país que tiene normativa que limita plásticos de un solo uso. Desde 2014, a través de una resolución del Consejo de Gobierno del Régimen Especial (CGREG), restringe el uso de fundas plásticas tipo camiseta y envases desechables de poliestireno expandido.

Además, el martes de esta semana, el CGREG decidió ampliar los productos no permitidos para incluir sorbetes y botellas no retornables para gaseosas y cervezas. La actual presidenta de esta entidad, Lorena Tapia, asegura que los controles se implementarán desde el puerto de Guayaquil.

“Los controles de ingreso y uso de plásticos serán constantes. Verificaremos productos que tienen que ver con cuatro tipos de plásticos. La restricción será progresiva. La primera fase se enfocará en los sorbetes...”.

En lo que va del 2018, el Parque Nacional Galápagos ha recolectado 22 toneladas de basura plástica, entre ella los sorbetes, en sus playas. (I)