Luego de que el pasado fin de semana se realizara en la ciudad de París el Mundial de Tatuajes, queda la referencia de que este tipo de arte sobre la piel dejó de ser hace mucho algo con un tinte ‘inapropiado’ para convertirse en algo con gran aceptación.

Esto se debe en gran parte a la exposición que le dieron grandes estrellas del cine, la música y el deporte, quienes popularizaron su uso, otorgándole así un toque de ‘glamour’ que bajó su aureola ‘carcelaria’. Hay famosos que han aportado en esta práctica como Angelina Jolie, Johnny Depp, Amy Winehouse, Ricky Martin, Axl Rose o David Beckham.

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Los tatuajes, de Siberia a la Polinesia, han servido desde tiempos ancestrales para subrayar la pertenencia a clanes, tribus o bandas. Pero son también una forma radical de adornarse el cuerpo, de embellecer la piel desnuda, y el espejo de las celebrities puede servir para marcar tendencia entre los no iniciados.

Las estrellas derramadas por la espalda de Rihanna, las margaritas que atraviesan el costado de Lady Gaga o los tigres y jefes indios que cubren buena parte del cuerpo de Justin Bieber crean demanda entre sus incondicionales. "Pero alguien que tenga un poco de cultura de tatuaje no se tatúa por moda", sentencia Laura Juan, que graba pieles en la ciudad de Móstoles (España) y lleva veinte años en este oficio.