El Mago de la rockola fue primero baladista. Intérprete  de éxitos como Penas o Asciéndeme a marido, padre de frases que ya son parte del imaginario popular, como “por el mismo precio” o “ colorada infiel”, Aladino inició su trayectoria muy joven aún, cuando tras ganar un certamen musical, tuvo la oportunidad de grabar un disco, con dos baladas. “Y yo andaba  dando vueltas  con mi disquito, pero no tuvo éxito, tengo que ser sincero”, dice Norberto Enrique Vargas Mármol, más conocido como Aladino, ahora de 58 años de edad y con 37 de trayectoria. Tuvo un grupo con unos amigos, pero contabiliza su carrera desde el día que grabó el primer disco.

A este artista que creció en la barriada del Cristo del Consuelo y que trabajó desde niño en una infinidad de oficios, incluso lustrando zapatos (era el hijo mayor de un hogar de ocho hermanos), el éxito le llegó cuando cantó Mujer bolera, un tema rockolero, “a finales del 79 o picando los 80”, según dice, aunque no precisa con exactitud la fecha.  Y se debió a  una casualidad que él, católico devoto, lo atribuye a designios de Dios. Un día, acompañó  a unos amigos que  iban a grabar unas canciones.

Entre otras, Mujer bolera. Luego de varias horas de grabación, el señor del estudio le dijo al vocalista del grupo: “Esa voz está cansada. La grabación va a salir mal”. Aladino observaba la escena.

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Uno de los amigos (era Billy Balseca) se acercó y le comentó: “Cópiala tú para que la cantes”.  Y Aladino respondió: “He estado escuchándola todo el día. Ya me la sé”. El amigo replicó: “Entonces cántala”. Y lo hizo. Aladino pidió que le permitieran decir algo en medio de la canción. Y fue: “Para ti, colorada infiel, por el daño que me hiciste”. No eran frases suyas, sino de Pablo Aníbal Vela, El Rey de la Cantera. “Me acordé de lo que el Rey  decía en la radio y yo lo metí en la grabación”, confiesa.

Aladino había comenzado a trabajar como técnico de sonido de El Rey de la Cantera, quien tenía un programa con alta sintonía en Radio Noticias La Fabulosa. En esa época, el futuro Mago de la rockola se ganaba la vida como “pinchadiscos” o “perillero” de radios. Cuenta que le había mostrado su disquito de baladas al Rey y no le gustó. No era el tipo de música que le agradaba. Y como grabó Mujer bolera en casete, a la hora que le tocó trabajar con el Rey, se lo mostró. Él lo escuchó y dijo: “Se va al aire”. El Rey emitió la canción en su programa. “Y fíjese, aquí estoy”, señala, con una sonrisa, Aladino, quien a partir de entonces se encaminó hacia el éxito.

Los oyentes pedían una y otra vez la canción. Iban a la radio a conocerlo. Una disquera lo llamó para que grabara rockola. Y lo primero que grabó fue Mujer bolera. Sus discos empezaron a venderse con ímpetu. Aladino insertaba frases en sus canciones. Luego inventó su característico pasito.  Poco a poco, logró construir una identidad propia con su música. Cuando se le pregunta por qué cree que gusta tanto o qué lo hace un artista particular, responde, con humor: “que canto feo, que canto desafinado, dicen algunos”.  Y luego, serio, matiza: “Puede ser la forma de ser mía”.

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Es un showman. "Soy inmediato para los reflejos. Nací con reflejos. Yo hago show en un escenario, estoy fregando a medio mundo. Subo a ocupar toda la pista. Soy introvertido hasta que me toca trabajar, entonces me vuelvo extrovertido", afirma el cantante, una de cuyas características es dar a menudo su número de celular, a veces en español y otras en inglés.  “Me invitan a los programas de televisión y me dicen di lo que tú dices. Trato de hacer cosas que se me vienen a la mente y a  la gente le gusta”, relata Aladino,  nacido en Guayaquil el 21 de agosto de 1955, a  las diez y cinco de la noche.

Algunas de las canciones que interpreta, son de su autoría, aunque no le gusta presumir de cantautor a este hombre, padre de cinco hijos (cuatro mujeres y un varón) y casado con Glenda Jaime, quien es también su asesora en algunos aspectos musicales y de imagen. Ella estudió marketing.

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Aladino no tiene representante (todo contrato lo maneja él mismo) y tampoco un grupo musical que lo acompañe. En sus grabaciones utiliza una numerosa instrumentación y se respalda de excelentes músicos, dice, pero en sus presentaciones en vivo canta con pistas. La razón, al inicio de su carrera, era que si llevaba a los músicos, lo ganado se le iba en pagarles a ellos. Ahora, porque más que un concierto, vende un espectáculo. El show es él: sus frases, su paso de baile, su atuendo, la manera lúdica como se relaciona con el público. Y, por supuesto, están también las canciones.

No cree que lo que canta sea machista ni que con sus líricas denigre a la mujer, aunque sus canciones hablen de “mujer bolera” o contengan frases como “que te lleve el diablo”.  “Tengo esposa, hijas, madre. La mujer es el epicentro de este mundo”, dice, al tiempo que narra que cuando él vino al mundo su mamá era una adolescente de 16 años. “Era una niña y aún así me tuvo”, relata. Ese hecho lo llena de agradecimiento para su progenitora. Su padre tenía entonces 48 años.

Cita, como contraparte, canciones como Tu perfume, Ya tiene 15 años o Triste Navidad. Esta última con un mensaje de que hay que luchar por los hijos.

Ahora el sombrero es parte de su look. Aunque dice que su imagen artística es espontánea, admite que la mano de su esposa está presente. “Siempre me dice esto debe de funcionar. Y lo miramos”, señala Aladino. En sus más de tres décadas de trayectoria, según dice, nunca ha sentido que su carrera ha decaído. “Yo aprendí a vivir de esto, a respetar esto. Y busco siempre mantenerme en la música”, anota.

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Relata que con su música ha sacado adelante a su familia. Primero a sus padres y hermanos y luego a sus hijos. El éxito no ha hecho sino volverlo más responsable, según afirma. Señala que pese a que a la rockola se la vincula con la cantina, él no bebe licor, ni fuma.  “No ha sido lo mío, no me llama la atención. Yo no comparto que deba tomar para subirme al escenario. Yo subo con una botellita de agua”, manifiesta  este admirador de Sandro de América, al tiempo que dice desconocer por qué al tipo de música que él canta se la llama rockolera, si en las rockolas de los salones, recuerda, también se tocaba la música de Leonardo Favio, Sandro y muchos otros.

Soy introvertido hasta que me toca trabajar, entonces me vuelvo extrovertidoAladino Cantante