Si bien el agua no tiene olor ni color, su sabor y calidad pueden medirse. El estadounidense Michael Mascha lo hace. Él, en realidad, es considerado como el mejor catador de aguas del mundo. Lleva once años dedicado a esta actividad, a la que se involucró por su salud, ya que hasta el 2002 los sabores que degustaba eran los del vino.

















