Por Gourman

Revisando ofertas de estos productos, cuya crítica comenzamos hace dos semanas, fuimos a Señor Cangrejo y sus amigos, un nuevo restaurante en el patio de comidas del hotel Sonesta.

Sitio agradable, con muy buenos precios en relación con la calidad de la comida y lo generoso de sus porciones. Su carta tiene platos peruanos y ecuatorianos.

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Presenta el problema típico que encontramos en nuestro país en los restaurantes recién abiertos, servicio poco capacitado, no conocedor del menú.

El chef ha creado algunos platos que valen la pena, como el cebiche señor cangrejo. Con varios mariscos, baja acidez, usa pasta de apio para mezclarlo con una mayonesa casera. Un plato trabajado con técnica, donde el cangrejo es lo central, y las salsas no lo tapan.

El risotto negro con calamar es muy bueno, lo calificaría de excelente si no hubiera estado ligeramente pasado de punto. El lomito saltado con tacu tacu gustó, y la trilogía más aún. No tienen un menú con una gran variedad de cangrejo, pero de lo poco fue de lo mejor en toda esta revisión de locales dedicados al crustáceo.

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Probamos también el Rey de las Ostras, ubicado en la calle Samuel Cisneros, en Durán. Descubrimos que el sitio no vende bebidas alcohólicas. El maridaje es de suma importancia en una comida, la puede sublimar o arruinar, así que el placer de comer conchas o cangrejos sin un vino blanco, o en su defecto una cerveza fría, se redujo a la mitad. Pareciéndome un horror maridar mariscos con colas o jugos, pedimos agua.

Otros detalles debemos criticar del sitio, el cual tiene buena infraestructura y comida, como la cantidad de frascos de la salsa de tomate, mayonesa y mostaza, sal, ají, etcétera en todas las mesas, o la terrible actitud y trato hacia el cliente de la persona encargada de la caja.

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Pasando a lo más importante, de lo recomendable, el piqueo mixto, que trae muestras, como la cazuela de cangrejo, con una masa de verde muy bien trabajada o las conchas gratinadas que me gustaron mucho, aunque la textura podría mejorar; y lo mejor, el encocado de camarón, abriendo el paladar con la explosión de sabores provocado por el coco y las especies. Sin embargo, el encocado de cangrejo ordenado como plato fuerte, no tenía la delicadeza ni lo exótico, casi frutal, del anterior encocado descrito. Era más bien una sopa con muchas especies y gelificantes, pero aun así, estuvo rica.

Otro plato sencillo, básico, pero bien hecho, fue el chicharrón de pescado y calamar. De los mejores que he probado. El arroz con concha, como para recomendarlo por su sabor, a modo de meloso, aunque la concha estaba ligeramente dura. Excelentes precios.

Fuimos también a Sauces VI. Hay varios sitios buenos. Ninguno memorable, aunque nos faltaron muchos por probar.

Cangrejos y conchas, dos productos insignes de la gastronomía costeña, son una asignatura pendiente en nuestra cocina, sobre todo el último. Más técnica y creatividad harían de estos productos, embajadores de la cocina ecuatoriana en el exterior. (O)

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