El Gobierno nacional convocó la tarde del martes a una rueda de prensa urgente para garantizar que no habrá apagones en Ecuador. Lo hizo horas después de que había anunciado desconexiones puntuales de energía eléctrica a causa de una disminución de la transferencia de potencia desde Colombia por un mantenimiento de su infraestructura eléctrica.
La noticia inicial, más allá de que se había aclarado que los cortes serían por tres días, en horario de 16:00 y 17:30 y en sitios puntuales, pero no revelados, más la voz del exministro de Electricidad Esteban Albornoz advirtiendo que es el inicio de los racionamientos en el país, generaron alarma.
Según el Gobierno, Colombia suspendió los mantenimientos que tenía programados y seguirá suministrando energía a Ecuador. Sin embargo, la preocupación continúa porque se habló de un estiaje muy severo que se inició en septiembre y se pidió a la ciudadanía ahorrar energía eléctrica.
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Hechos como estos merecen la acción clara, responsable y sin demora de las autoridades. Los datos técnicos son valorados, la población demanda hablar con la verdad para tener la oportunidad de prepararse ante cualquier eventualidad previsible.
Con frontalidad se ha advertido que es necesario el ahorro de energía. Desde el otro lado, del de la ciudadanía, se aspira y exige la búsqueda de soluciones técnicas que eviten los racionamientos.
El estiaje es real, pero también lo es que Ecuador invirtió el último siglo en hidroeléctricas que, de acuerdo con los políticos que impulsaron su construcción, garantizaban que el fantasma de los apagones se alejaría del territorio nacional, pero hoy incluso se está dependiendo de energía del vecino Colombia.
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Las explicaciones siempre serán necesarias. Los mandantes están atentos y deben colaborar con el ahorro sugerido, pero también se debe conocer la acción estatal para no sufrir apagones que afectarán la economía del país. (O)