Daniel Noboa asume este 24 de mayo la Presidencia del Ecuador para cuatro años. Llega luego de haber obtenido el 55,63 % de votos en las urnas y con una mayoría legislativa que está actuando desde el 14 de mayo. En estas condiciones, tiene la oportunidad histórica de transformar el país y el reto de gobernar respetando la pluralidad democrática, escuchando y consensuando con todos los sectores.
Un informe del banco de inversión estadounidense J. P. Morgan dio cuenta el 15 de abril del importante capital político del jefe de Estado, que logró 11 puntos de diferencia frente al opositor movimiento Revolución Ciudadana. Esta ventaja representa la confianza de un pueblo golpeado por la delincuencia, la crisis económica, energética y la corrupción en distintas instituciones del país.
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Después de 18 meses en el ejercicio de la presidencia, Daniel Noboa empieza un periodo de cuatro años. Está frente a un pueblo optimista, pero que estará vigilante, exigente, ávido de resultados concretos. Tanto el mandatario como la oposición se enfrentan a un contexto crítico y con una emocionalidad social lesionada.
El Observatorio de la Política Fiscal estima que para este año el déficit público podría ser superior a los $ 5.500 millones. Información del Instituto Nacional de Estadística y Censos registra en el primer trimestre de 2025 que 289.156 personas estaban en desempleo y 2’982.139 tuvieron un empleo adecuado. En materia de delincuencia, y tomando datos de lapsos cerrados, en el primer trimestre de este año el Ministerio del Interior reporta 2.361 homicidios en el país, un 65 % más que en el mismo periodo de 2024.
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Es solo una parte de la realidad del Ecuador. La ciudadanía dio su confianza a Daniel Noboa, quien ha hablado de “un voto duro noboísta de alrededor del 30%”. Mantener e incrementar esa confianza depende del presidente, que inicia su mandato con viento político a su favor. Utilizarlo para llevar al Ecuador a un futuro mejor es a lo que aspira todo el país, y de aquello estará vigilante. (O)