Los grupos de la red social WhatsApp son una alternativa de comunicación en diferentes actividades, incluida la comunitaria. Algunas ciudadelas y urbanizaciones la han adoptado como vía de información y búsqueda de acuerdos rápidos. Las mascotas son un tema frecuente.

Por esta vía digital se reclama el ‘mal comportamiento’ de perros y gatos, el envenenamiento -como los suscitados en dos conglomerados de la vía a Daule- y se amenaza con procesos judiciales y hasta con violencia. Es grave que se llegue a delitos por problemas solucionables a través del diálogo, el respeto y el buen vivir.

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Matar o envenenar a un animal es delito y está penado por la ley, igual que una amenaza explícita mayor.

Guardar las buenas costumbres y respetar las normas de la comunidad en que se vive también es una obligación que implica cuidar a las mascotas, que no pueden salir sin un acompañante que se encargue de su cuidado y limpieza.

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La convivencia no es sencilla en condominios o urbanizaciones, pero si se respetaran las normas que se aceptan cuando se decide vivir en una comunidad se podría alcanzar la armonía. No hay necesidad de iniciar guerras entre vecinos, sino adaptarse a las normas, respetar los espacios de cada uno y velar por la limpieza del lugar donde se reside.

Es intolerable que se envenene a mascotas u otras especies. Quienes solo lo piensan deben tener claro que el Código Orgánico Integral Penal (COIP) sanciona con pena privativa de libertad de seis meses a un año a quien mate a un animal de fauna urbana. El artículo 250.1 anota: “Si la muerte se produce como resultado de actos de crueldad será sancionada con pena privativa de libertad de uno a tres años. El máximo de la pena lo tendrá si se prueba ensañamiento, suministro de sustancias tóxicas, si el animal es cachorro, geronte o hembra gestante o cuando la infracción la cometa el dueño”.

El respeto hace la diferencia en una comunidad. Si este se rompe, para la civilización están las leyes y no la fuerza. (O)