Históricamente se ha hablado de mala calidad del asfalto como una de las causas de daños en las vías, pero en la actualidad una escasez complica aún más al sector de la construcción en esta materia.
El régimen prevé reanudar el despacho de asfalto dentro de un poco más de un mes, el 10 de agosto próximo. Los problemas surgen por la paralización de la Refinería de Esmeraldas tras el incendio en la unidad FCC del 26 de mayo anterior.
El ministro de Transporte y Obras Públicas, Roberto Luque, afirmó esta semana que el Gobierno trabaja en acciones para conseguir asfalto.
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En el sector público los trámites burocráticos y soluciones se toman su tiempo, pero las vías en buen estado son clave en la producción del país, por lo que urge enfocarse en la obtención de asfalto y con calidad adecuada.
La ampliación de vías y el requerimiento de mantenimiento de las que han sido afectadas por las lluvias imprimen presión por la obtención del material y por reactivar la producción local.
El ministro Luque reconoce atrasos en la obra pública por la falta de asfalto, pero es cauto en torno a una importación. Ha adelantado que la Gerencia de Petroecuador hace gestiones para ello, pero prefiere esperar a un resultado.
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Las necesidades y los retrasos resumidos en esta columna obligan a actuar sin demora, pero siempre con las medidas de transparencia y bajo las normativas legales que rigen al país.
Una vía amplia y en buenas condiciones facilita el transporte de los productos hacia las ciudades y puertos, da seguridad tanto en materia vial como ante la delincuencia que aprovecha toda oportunidad para actuar contra la ciudadanía y evita daños de vehículos. El beneficio económico es para la población y para el país que incrementa sus posibilidades de progreso y generación de recursos.
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Las autoridades deberán priorizar la existencia de asfalto de acuerdo con lo más urgente y buscar una solución temprana a la escasez. (O)