El esmog es un enemigo al que se le da menos importancia de la que tiene. La revisión anual vehicular que se hace en Ecuador debería ser una herramienta eficiente contra el problema, pero informes como el emitido por la Secretaría de Ambiente en Quito muestran fragilidad en el control.
El documento identifica los siete sectores de la capital con mayor índice de contaminación, debido a la circulación diaria de 550.000 vehículos. Son el hipercentro, La Ofelia, Carapungo, Cumbayá, San Rafael, Quitumbe y El Recreo.
Un control eficaz de los automotores aporta a la calidad del aire y reduce riesgos de enfermedades respiratorias. El incremento de alergias, irritación de las vías respiratorias y hasta de piel pueden tener origen en la exposición al esmog.
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La revisión técnica vehicular está en manos de la Agencia Metropolitana de Tránsito. Valeria Díaz, investigadora de la Secretaría de Ambiente, consideró que existe un exceso de automotores que no han pasado por el proceso de revisión de gases contaminantes. En Quito hay 64 operadoras con 3.500 unidades de transporte público, pero más de 220 no han sido fiscalizadas desde enero hasta la fecha.
En la capital y en otras ciudades es necesario poner atención en el control de la contaminación vehicular. No puede haber flexibilidad y menos espacios para ‘procesos dudosos’ cuando está de por medio la salud de los ecuatorianos. La revisión oportuna y efectiva evita accidentes y protege la calidad del aire porque implica más de una consideración mecánica.
Municipios, gremios de transporte e incluso Ministerio de Salud deben trabajar en coordinación para que se cumplan los estándares que garanticen la calidad del aire. El aporte ciudadano denunciando a los vehículos que a simple vista llenan de esmog las vías es oportuno. Y desde el lado de las autoridades es primordial establecer canales ágiles de quejas, guardar la reserva y responder con agilidad y eficiencia. Además, no dejar de lado los operativos para los que no han cumplido con la revisión. (O)
