La sensatez se aleja peligrosamente en medio de las protestas. Neumáticos de vehículos privados y de prensa han sido pinchados por manifestantes en el paro de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie), mientras desde la fuerza pública se ha agredido a periodistas, lo que ha sido registrado en videos y lo denuncian gremios nacionales.

Una vez más desde esta columna se rechaza la violencia de toda índole y sea cual fuere el origen y la dirección.

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En el caso de agresiones a los equipos humanos y materiales de medios de comunicación hay un mensaje adicional porque se atenta contra la libertad de expresión al dificultar el derecho a informar a la ciudadanía.

Un asistente de cámaras de Ecuavisa fue golpeado con un tolete por un policía el pasado 12 de octubre mientras hacía grabaciones con un dron, pese a que se identificó, informó la televisora. El golpe provocó una fractura en el brazo derecho y los médicos le marcaron incapacidad por 28 días.

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No es el único caso. Solo el domingo pasado Fundamedios registró cinco. Según denuncias verificadas por la organización, algunos miembros de la fuerza pública habrían actuado de manera violenta y desproporcionada contra trabajadores de la prensa que se encontraban debidamente identificados con chalecos y credenciales.

Durante los primeros días de protestas en Imbabura también se denunciaron agresiones contra periodistas por parte de manifestantes.

Es repudiable que se obstruya el derecho de la ciudadanía de informarse por los medios que elija. Toda la violencia es censurable.

Ni protestar ni controlar pueden ser pretextos para violentar derechos y seguridad. El país requiere calmar los ánimos, sensatez y equilibrio.

A medida que pasan los días crece la necesidad de madurez y respeto por la vida, el trabajo, las instituciones. Los medios de comunicación están para informar, agredir es atentar contra la democracia. (O)