Con campos petroleros viejos y con producción a la baja, la única forma de revertir la tendencia es incrementando el número de taladros operativos en medio centenar de bloques. Según un reciente informe privado, hay 12 taladros de perforación y 31 de reacondicionamiento o recuperación mejorada, conocidos como de work over, en las provincias de Orellana y Sucumbíos. Es el conteo de equipos disponibles que permiten sostener la producción de 473.000 barriles por día (bpd).

Para tener un referente, Colombia, con una producción aproximada de 750.000 bpd, dispone de 31 taladros de perforación y 81 de reacondicionamiento. Esto es casi el triple de taladros con apenas 50 % adicional de producción.

Entre enero y julio del presente año se han perforado 41 pozos nuevos, mientras que durante el 2024 fueron 126, lo que quiere decir que ha habido una disminución de ritmo en la actividad. Desde mayo, Petroecuador inició una campaña de perforación con seis taladros en bloques de las zonas norte, oeste y centro de la Amazonía con el objetivo de incrementar la producción en 12.000 bpd. Pero todavía no está claro cómo se va a conseguir el aumento de producción a más de 600.000 bpd, meta que se fijó el Gobierno para este año, pero que ha quedado pospuesta para el siguiente.

Obviamente, la perforación es costosa. Tener funcionando un taladro de perforación representa 35.000 dólares diarios, mientras que uno de work over, ocho mil; y si están parados por lo que sea, la mitad.

Lo deseable es que la política pública aliente la inversión en el descubrimiento y desarrollo de nuevos campos petroleros. En la renovación de los contratos de Petroecuador bajo la modalidad de prestación de servicios específicos con financiamiento debe incluirse el compromiso de invertir en actividades de exploración. Al tiempo, hay que alentar nuevas licitaciones bajo el modelo de contratos de participación, empezando por Intracampos III, para luego continuar con lo previsto en el Plan de Inversiones 2025-2030. Esto supone también liberar licenciamientos ambientales en campos donde hay inversión represada por un billón de dólares.

Al tiempo, hay que trabajar en recuperación mejorada o secundaria, tomando en cuenta que el promedio de recuperación de reservas en los campos actuales mediante medios tradicionales es de apenas el 0,17 %, pudiendo elevarse hasta el doble, lo que permitirá aliviar la presión ante la declinación de las reservas. En junio en los campos Culebra y Yulebra, que son parte del activo Auca de Petroecuador, operado por una filial de Schlumberger, se inició un plan piloto de recuperación mejorada con la inyección de polímeros en el agua de formación con el fin de incrementar el factor de recobro, permitiendo a la vez una reevaluación de reservas de dicho bloque que produce 60.100 bpd.

El dilema es que con la actual cantidad de taladros será imposible un incremento importante de la producción. Hay una relación directa entre un indicador y el otro. De tal modo, hay que ejecutar esta visión estratégica para devolverle al Ecuador su condición de país petrolero, un ciclo que en algún momento se cerró sin darnos cuenta. (O)