El 28 de febrero de 1986 el Dr. Rodrigo Borja nos dictaba un seminario. Como dirigente de Juventudes de Izquierda Democrática estaba en Quito en otra jornada formativa. Nos animaba ante la derrota y conminaba a rectificar errores y estrategias. Su asistente se acercó. Le susurró algo. El doctor se desencajó. Estuvo cabizbajo un rato. Respiró, exhaló la pena y confesó: su coideario amigo, primer ministro sueco, Olof Palme, caía asesinado en Estocolmo mientras caminaba con su esposa sin escolta. Líder socialdemócrata, propulsor del Estado de Bienestar, gestor mundial de paz, defensor de derechos humanos, anti-apartheid, entre otras afinidades. El Dr. Borja pidió un minuto de silencio y siguió instruyéndonos.

Su ‘Justicia Social con Libertad’ esperanzaba. Los “Rodrigo, amigo, el pueblo está contigo” en vigorosas gargantas y los “tan tan tararararán…” de rítmicos megáfonos incitaban multitudes a flamear las banderas naranjas en las cuatro regiones. Sus debates, “clases” magistrales de inteligencia, capacidad, respeto, nos pegaban al televisor. ¡Cómo dolió 1984! No mostró derrota. “Es aprendizaje político para la victoria” decía, inyectándonos optimismo. Multiplicó capacitaciones, células barriales, brigadas médicas. Reorganizó las bases sin pago alguno. Sus discursos fueron más efusivos, propositivos, convincentes.

En 1988 un emocionado Ecuador lo posesionaba. Entre sus logros como presidente están: la Campaña Nacional de Alfabetización Monseñor Leonidas Proaño; manejo del levantamiento indígena de 1990 mediante diálogo; entrega de 1,7 millones de hectáreas a las comunidades y otras demandas. Aquello consolidó políticamente a la Conaie. Otorgó amnistía a grupos subversivos y comandos sublevados contra su antecesor, para pacificar el país y atraer inversión. Creó el bono solidario de vulnerabilidad. Extendió el programa de desayuno escolar a 1,2 millones de beneficiados. En su gobierno se creó Petroecuador. Propuso el arbitraje papal como salida al conflicto limítrofe. Promovió el fortalecimiento del Pacto Andino, hoy Comunidad Andina. Ejecutó importante obra pública.

Excelente estadista y diplomático. Conversó con líderes de distintas ideologías, como George H. W. Bush, Fidel Castro, Boris Yeltsin, Alberto Fujimori, François Mitterrand, entre otros. De Mitterrand elogió su socialismo democrático. Entendía que en democracia el diálogo es la vía para resolver disputas. Asumía la justicia social con libertad bajo preceptos rousseaunianos, donde la estabilidad nacional surge en un Estado que garantiza igualdad de derechos y condiciones humanas para todos. En un país polarizado, de traumas político-sociales, destacan sus ideas. Ser humano no exento de errores, pero incorruptible. En la democracia ecuatoriana habrá un antes y un después del Dr. Borja, quien leyó la radiografía nacional y resolvió problemas heredados con aptitud y acatamiento a la Constitución.

Desafiando el fin de su amigo, caminó las calles con la honradez, el aprecio de adversarios y el cariño popular como únicas escoltas.

¿Qué mejor legado? (O)