El profesor Ricardo Haussman en días pasados señaló que “hay dos cosas que limitan el impacto positivo que puede tener la dolarización. El primero es que hay una excesiva deuda interna que está siendo colocada de manera medio forzada, que crea lo que llamamos represión financiera, (…) reduciendo el acceso al crédito de todos los demás. Segundo hay una regulación financiera equivocada”.

Conforme describen algunos economistas desde hace varios años y, en Ecuador en estos días Haussman, la “represión financiera” materializada con medidas estatales como altos requisitos de reservas y crédito dirigido, aleja a la inclusión financiera y el crecimiento del crédito de buena calidad.

También se encuentran medidas como las tomadas en Ecuador:

1. Los techos a las tasas de interés que junto a otras circunstancias podrían estar provocando una cancha inclinada en el sistema, excluyendo a los mejores clientes, a los pertenecientes a los segmentos de menor riesgo –a abril de 2025 la tasa de mora vuelve a crecer al 4,7 %-, además de haberse reducido el monto promedio de las operaciones de préstamo.

2. Las inversiones forzadas del sector financiero privado en títulos de deuda pública en lugar de invertir en créditos productivos a mipymes –a abril de 2025 los depósitos totales del sistema tuvieron un crecimiento de 16,7 %, porcentaje mayor a la tasa de captaciones totales (8,2 %)–.

3. Las restricciones a la salida de capitales (ISD) que en realidad constituyen un impuesto al ingreso de aquellos.

El país requiere contar con productos y servicios financieros de calidad, personalizados a precios inclusivos, que alcancen a un número mayor de población excluida. Es necesario avanzar hacia la internacionalización del sistema financiero e inclusive la construcción de un Centro Financiero Internacional. Se debe trabajar en:

1. Eliminar las barreras antes descritas.

2. Implementar sin demoras la aplicación de las mejores prácticas de gestión del sistema financiero (Basilea III) referidas a protección al consumidor, educación financiera, gobierno corporativo, transparencia, capital, provisiones, liquidez, así como ampliación y supervisión de los negocios complementarios que conforman los grupos financieros, de acuerdo con mejores prácticas, buscando economías de escala, mejoras competitivas que beneficien la pronta y personalizada oferta de productos y servicios financieros para los usuarios excluidos.

3. Fortalecer la independencia administrativa, financiera y planes de carrera en las superintendencias.

4. Retirar las restricciones existentes a los no residentes.

Ecuador cuenta con un sistema financiero sólido, que avanza en procesos de modernización e inclusión financiera, trabajo que se potenciaría si se promueve su internacionalización, así como la eliminación de las medidas de represión financiera, generando un espacio atractivo para el crecimiento competitivo de las instituciones financieras ya establecidas y para que las entidades extranjeras soliciten licencias para operar en Ecuador, beneficiando a los usuarios financieros, con avances tecnológicos y aplicación de mejores estándares. (O)