Hace casi 25 años nació esta iniciativa con un claro objetivo, intentar superar nuestra manera de relacionarnos y debatir con los demás: cada uno en su esquina, cada uno poniendo etiquetas, cada uno con su verdad. Cusín invitó desde el inicio a grupos diversos para escuchar y dialogar en aras de llegar a acuerdos sensatos. Eso se logró plenamente en el camino hacia el acuerdo de paz con Perú. Y parcialmente hacia la Constituyente del 98.
Y se lo acaba de hacer en el mismo Cusín, alrededor de un tema muy importante: el manejo de las cuentas del Estado. Usted podría pensar: “Ah, fue entonces una reunión entre economistas”. Para nada, eran absoluta minoría. El grupo abarcaba profesiones muy variadas, de la misma manera que una amplitud en edades, género, procedencia geográfica, ideologías, ser o no políticos y más. ¿Estaban todos los que podían o debían estar? Todos, no. Por errores de los convocantes. Porque algunos no podían. Porque otros no querían, sin duda les es aún muy lejano aceptar que se puede dialogar con otros. Pero es muy probable que el espectro haya sido adecuado, cuando hay gente de izquierda que critica “esta reunión de la derecha”, y gente de derecha que considera que este fue un “encuentro de la centro izquierda”.
¿Qué salió de Cusín? Algunas ideas claves que ojalá compartamos (y critiquemos también por supuesto). Entre otras. Uno: el manejo sensato de las finanzas públicas es un elemento muy importante del desarrollo y más aún de apoyo a los que menores oportunidades tienen, porque elimina incertidumbre, permite mantener los programas prioritarios, disminuye la costosa dependencia frente a los potenciales financistas, de la misma manera que el buen manejo de las cuentas en un hogar o una empresa apoya su crecimiento. Dos: debemos volver al concepto de ahorrar en época de vacas gordas para poder gastar en vacas flacas, precepto bíblico esencial, más aún en un país tan dependiente de ingresos petroleros volátiles. Tres: deben existir reglas fiscales claras al menos sobre el crecimiento del gasto, la deuda y el ahorro, porque en un entorno indisciplinado como el nuestro debemos aceptar la necesidad de mandatos que nos encaminen, pero dichas reglas deben ser aceptadas colectivamente, si no es demasiado fácil violarlas (como sucedió en los últimos años con los fondos de ahorro y límites de deuda que se habían sensatamente aprobado). Cuatro: la política de apoyo social en el país gasta cantidades de dinero muy importantes, más de 12.000 millones (IESS, Bono de Desarrollo Humano, salud, educación, subsidio a los combustibles y más), pero adolece de dos grandes defectos: llega más a los que mejores condiciones económicas tienen y fomenta la informalidad, lo cual es negativo para aumentar la productividad y mejorar los ingresos. Cinco: el subsidio a los combustibles adolece de las fallas anteriores, pero además tiene un impacto negativo en el medioambiente, porque favorece el uso de combustibles contaminantes; no solo hay que eliminarlo con focalización, sino además pensar en incentivos hacia la descarbonización.
¿Qué es, en definitiva, el esfuerzo de consensos en Cusín? Ideas para compartir y debatir. Un pequeño ejemplo de que sí se puede dialogar. Una pequeña semilla que ojalá florezca. (O)