Los resultados de las últimas elecciones en Buenos Aires, el mayor distrito electoral de Argentina, evidencian una derrota significativa para el partido del presidente Javier Milei, quien deberá enfrentar en octubre las elecciones legislativas nacionales. La principal promesa del presidente argentino antes de llegar al gobierno, fue que estabilizaría la economía, objetivo que ha sufrido algunos contratiempos. Si bien ha logrado controlar la inflación, el índice de pobreza alcanzó un récord histórico en 2024, afectando a más de un tercio de los argentinos. Al malestar económico se unen los escándalos de corrupción que han afectado seriamente la popularidad del mandatario.
Los resultados en las urnas, le han gritado al presidente Milei, que no se puede frenar la obra pública, desfinanciar a los sectores de la salud y educación, entre otros asuntos sensibles que afectan a la población.
Hace menos de un mes Milei se reunió, en Buenos Aires, con el presidente ecuatoriano Daniel Noboa. El encuentro quedó plasmado en una histórica foto en la que Milei aparece con una motosierra y Noboa con un machete. Dos herramientas relacionadas con recortes y reducciones. Los dos presidentes han promovido políticas para recortar el tamaño del Estado, reducir la burocracia, fusionar instituciones y aplicar un ajuste fiscal.
Medidas que, entre otras, en el Ecuador también han afectado la valoración que hace la población sobre la gestión del presidente Noboa. Una última encuesta realizada por el Centro de Investigaciones y Estudios Especializados, (CIEES) revela una brusca caída en la confianza hacia el presidente Noboa, tanto en Quito como en Guayaquil. Mientras a finales de julio el oficialismo registraba un 59,9 % de aprobación, en agosto registró un 45 %, lo que significa que su calificación ha caído 14 puntos. El pesimismo en la población alcanza la alarmante cifra de un 78 %.
Los estudios revelan algunas causas, los ciudadanos encuestados consideran que los problemas del país, como la inseguridad y la crisis en el sector de la salud, se han empeorado.
Este retroceso en la percepción de la gestión del presidente Noboa llega poco tiempo antes de la consulta popular, anunciada por el gobierno. Enfrentarse a ella en un escenario pesimista respecto de su gestión no le augura buenos resultados.
Si Noboa no quiere sufrir una derrota como la de Milei debería evaluar cuidadosamente la efectividad de su gestión respecto de los principales problemas que viven los ecuatorianos; respetar la constitución vigente, aunque no sea de su agrado y dejar de responsabilizar a otros de sus falencias. (O)