Septiembre ha sido turbulento para el peso. Se ha puesto a prueba el esquema de flotación entre una banda que va de 1.000 a 1.400 pesos por dólar. Cuando a mediados del mes el dólar llegó a 1.500 pesos, el Banco Central de la República Argentina (BCRA) intervino agresivamente para defender al peso, gastando en una sola semana (15-20 de septiembre) 1.100 millones de dólares. El analista Christian Buteler detalló la encrucijada en la que se encuentra el Gobierno de Javier Milei a las puertas de las elecciones legislativas a fines de octubre: si desea cumplir con su promesa de la banda, debe intervenir en el mercado de cambios vendiendo dólares de las reservas para defender al peso. Cada dólar que gasta para defender al peso es un dólar menos para respaldar sus obligaciones externas. Según información pública, para enero de 2026 el Tesoro de Argentina se enfrenta a vencimientos de deuda por $ 8.000 millones y las reservas líquidas rondarían los $ 4.000 a $ 5.500 millones según estimaciones de particulares.
Esta es la antesala del anuncio esta semana por parte del secretario del Tesoro de EE. UU., Scott Bessent, de que su Gobierno estaba dispuesto a respaldar a “un aliado sistémicamente importante” como Argentina con una línea swap de $ 20.000 millones. El problema es que el intento de rescatar el peso argentino podría costar mucho más que eso. Nadie sabe realmente cuánto.
El Gobierno de Milei ha intentado controlar la inflación mediante un ajuste fiscal y un control cambiario. Al respecto, Nicolás Cachanosky señala que los intentos de controlar la inflación vía el tipo de cambio han sido insostenibles en su país. Y vaya que lo han intentado…
Esto no es algo exclusivo del Gobierno de Milei, es más bien una larga y malsana tradición argentina. Entre 1931 y 2024, un periodo de 93 años, Argentina ha vivido bajo controles de capital y tipo de cambio el 80,8 % del tiempo. El periodo más largo de estabilidad de precios y libertad de movimientos de capitales en el último siglo se logró bajo la convertibilidad entre 1991 y 2002. Hubo un episodio anterior y más breve de estabilidad monetaria entre 1967 y 1971 y otro posterior entre 2015 y 2019. A lo largo de casi un siglo, aunque hubo diferentes variedades de controles de capital y cambiarios, siempre terminaron en un colapso del peso.
Como explicamos en un estudio publicado en julio de 2023 con mi entonces colega Daniel Raisbeck, Argentina debe dolarizar por muchas razones, pero sobre todo porque deja a los políticos sin la posibilidad de devaluar la moneda local o monetizar la deuda. La tarea pendiente de Milei es cumplir su promesa estrella de campaña: dolarizar la economía y cerrar el Banco Central. Continuar posponiendo el cumplimiento de esta promesa arriesga el resto de su agenda de reformas liberales.
Sin menospreciar los importantísimos avances de su gobierno en la desregulación de amplios sectores de la economía y el ajuste fiscal, es esencial que Argentina elimine el peso y dolarice.
De esta manera, no solo se logrará controlar la inflación de manera definitiva, sino que se lo logrará sin sacrificar el crecimiento. Además, se protegerá firmemente la propiedad privada de los argentinos sobre su dinero de los políticos irresponsables. (O)