Una publicación en la Revista de Transferencia Tecnológica (Confraria y Vargas. Journal of Transfer Technology 2019) sobre los sistemas científicos en América Latina, coloca a Ecuador en los últimos lugares en el campo de la investigación. En enero del 2021, Iván Sisa, investigador de la Universidad San Francisco de Quito, publicó una “carta al editor” en la revista Bioética del Mundo en Desarrollo (Developing World Bioethics), en la que analizaba la crítica situación de Ecuador en materia de ciencia e investigación, empeorada por políticas gubernamentales y, ahora, también por la pandemia.

La burocracia no existe solamente en los servicios públicos. También interviene en los procesos de investigación científica. La pandemia movilizó mundialmente a los investigadores a publicar trabajos acerca del COVID-19. En solo seis meses (enero a junio 2020), 23.634 artículos relacionados con el nuevo coronavirus fueron indexados en las bases de datos Web of Science y Scopus. Ecuador fue uno de los países latinoamericanos más golpeados al inicio de la pandemia, sobre todo Guayaquil. La gran cantidad de casos clínicos y las experiencias derivadas de ellos proveían de material valiosísimo para el desarrollo de múltiples trabajos científicos locales y nacionales. Pero, los obstáculos y trámites a los que se enfrentan nuestros investigadores terminan cansándolos y desencantándolos.

Un requisito fundamental para la investigación científica médica es la aprobación del estudio por un comité de ética. Con el acuerdo ministerial 4.889 de julio 2014 se reglamentaron los comités de ética de investigación en seres humanos (CEISH), como “órganos vinculados a una institución pública o privada, responsables de realizar la evaluación ética, aprobar las investigaciones que intervengan en seres humanos o que utilicen muestras biológicas y asegurar la evaluación y el seguimiento de los estudios clínicos durante su desarrollo”. Los comités de ética pueden provenir de universidades, establecimientos de salud que cuenten con servicios de docencia e investigación, o institutos públicos de investigación en salud.

Actualmente están vigentes 8 CEISH en Ecuador: 1 en Guayaquil, 1 en Cuenca y 6 en Quito. Su funcionamiento debe renovarse cada 4 años. El trámite de renovación para el único comité de Guayaquil ha tardado casi ocho meses. En ese proceso están todavía pendientes otras universidades y hospitales locales. Documentos, observaciones, correcciones, en un ir y venir constantes han sido la tónica de un proceso que ha retardado y detenido muchos trabajos de investigación. Las atribuciones de los CEISH han sido reducidas a aprobar solamente estudios observacionales. Si se trata de ensayos clínicos o hay uso de muestras biológicas, entonces el proceso deberá pasar a otras entidades reguladoras.

La investigación, definida como producción de conocimiento, se ha vuelto una tarea titánica en nuestro país. Los procesos deberían ser más fluidos, menos burocráticos y más estimulantes, sin perder la rigurosidad ética y académica que toda investigación científica implica. Complicar los trámites es una manera de obstaculizar el progreso y el desarrollo del Ecuador dentro de la comunidad científica mundial. (O)