En una sociedad con serios problemas de desempleo, drogas, deserción, absentismo escolar e inseguridad, entre otros problemas estructurales, es cuando se deben tomar acciones inmediatas y donde la gestión artística comunitaria es imprescindible como una herramienta poderosa para la reconstrucción del tejido social.

El trabajo interdisciplinario se vuelve una necesidad y es aquí la importancia del arte en todas sus manifestaciones en la comunidad. En mi administración en la Casa de la Cultura del Guayas cambiamos la gestión artística vertical por la gestión artística comunitaria, realizando una serie de acciones y actividades que nos permitan empoderarnos como comunidad y sentirnos orgullosos, preponderando el papel de las mujeres en el desarrollo cultural y comunitario.

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Normalmente la gestión artística vertical del proceso creativo es la manera clásica de gestionar la cultura y el arte, es la más generalizada, con una distribución muy clara de tareas, en la que la comunidad solo es la consumidora.

Desde la gestión artística comunitaria pretendemos la transformación social involucrando a la comunidad. Nuestro punto de inflexión es nuestro programa Arte por una Cultura de Paz, con tres proyectos que van hacia la no violencia, interculturalidad e intergeneracionalidad, donde el arte juega un rol fundamental en la intervención en el espacio público para que este se convierta en un lugar de identidad, de relación y de historia, es decir, de relación social y de construcción colectiva para transformación social. El espacio público es el lugar donde se pueden generar imaginarios colectivos, y los lenguajes artísticos son ideales para esto.

En este año 2023 pretendemos que la comunidad sea la receptora de los beneficios y de la propuesta artística que genera el proceso creativo a través de nuestras áreas agregadoras de valor, elencos y de nuestros servicios artísticos. Que sea el arte el espacio natural donde se ejecute la acción educativa, donde se cristalicen los valores y principios en los que trabajamos como el desarrollo de las creatividades, pensamiento, respeto, sensibilización, empatía, trabajo colaborativo, entre otros.

Nuestras actividades buscan el encuentro de las personas para desarrollar competencias como la solidaridad, la cooperación, el trabajo en equipo, el apoyo mutuo, el trabajo comunitario y la transformación social. El papel del artista como educador, agente de cambio comunitario será de facilitador, para darles voz a los participantes y acompañarlos en el proceso de creación artística, con el fin de causar un efecto potente donde las personas y las comunidades de la que forman parte mejoren el concepto que tienen el uno del otro y de sí mismos, a través de prácticas culturales positivas.

Los invito a repensarnos como seres humanos sensibles al espacio y tomar conciencia de que los lugares públicos son áreas compartidas, configuradas para ser vividas con la intención de reafirmar la calidad de vida de los ciudadanos, donde el arte cobra el rol protagónico en los planes de desarrollo local desde lo creativo, en educación, creando sentido de pertinencia, identidades y como herramienta de cara a la transformación social. (O)