El lunes pasado en rueda de prensa, el ministro de Agricultura, Pedro Álava, informó del arribo de 4.680 plantitas de una variedad calificada como tolerante al pavoroso hongo Fusarium, raza tropical 4, que EL UNIVERSO evidenció en el año 2013 y de allí ha venido alertando de sus terribles consecuencias de llegar a contaminar las plantaciones nacionales, siendo necesarias medidas preventivas para su contención, como la introducción de materiales fortalecidos frente al patógeno, observando protocolos confiables y estricta verificación de certificaciones oficiales que ratifiquen ausencia de virus, bacterias y hongos relevantes; esta acción no descarta materializar la aspiración de obtener un tipo de banano resistente o inmune a la enfermedad, mejorando los actuales tipos cavendish de amplia aceptación comercial.

Las esperadas plántulas o pequeños ejemplares para semilleros serán estudiadas en corto lapso por técnicos ecuatorianos de Agrocalidad, dependencia estatal que vela por la sanidad vegetal, para luego trasplantarlas a especiales adecuaciones bajo el celoso cuidado y observación de especialistas del Instituto de Investigaciones Agropecuarias, Iniap, donde analizarán su respuesta agronómica al medio ecuatorial con todas sus variaciones climáticas, no comprobar su permisibilidad al mal que por ventura no existe en nuestra geografía, sino para establecer sus características de adaptabilidad y variables vinculadas con maduración, dulzor, textura, aroma, coloración, que encajen a las exigencias del consumidor nacional y extranjero, lo cual significaría por lo menos tres años de espera, incluyendo un periodo de revisión sembrando en áreas que tienen el hongo en otros países.

Otra buena noticia fue el anuncio de un plan gubernamental, complemento de la tarea antes señalada, con el inicio de un consistente programa de mejoramiento varietal de cavendish utilizando la vía de edición genómica, no transgénica, a través del método Crispr Cas9 o tijeras genéticas, expuesto en el seminario científico al que asistió el ministro Álava, realizado con el aval de la Universidad de California, Berkeley, y la intervención de la doctora Jenniffer Doudna, Premio Nobel de Química por indagaciones de esa índole; sin desistir de especialistas ecuatorianos formados en universidades europeas en esa especialidad con la que podría lograr especies no vulnerables al Fusarium, raza 4, al moko bacteriano, a sigatoka negra, que tantos reveses y costos ocasiona a cultivadores de musáceas comestibles como banano y plátano, este último de gran connotación en la alimentación de nuestro pueblo y aportante inmejorable a la creciente industrialización en chifles, patacones, tostitos, de notoria proyección hacia mercados nostálgicos de millones de latinoamericanos dispersos por el mundo.

Las musáceas con inmunidad demostraron su eficacia cuando se reemplazó el Gros Michel, arrasado por el mal de Panamá, raza 1, por las actuales cavendish resistentes, con la reciente importación inaugura una nueva alborada que, complementada con precios justos por la fruta, abonará a la sostenibilidad de un bien agrícola básico para la nación. (O)