El país se encuentra en un momento muy optimista, y a pesar de las secuelas de la pandemia que aún estamos sufriendo, prevalecen la expectativa y el compromiso de que el motor de desarrollo económico se reactive. En este sentido, son plausibles las buenas decisiones que está tomando el nuevo Gobierno, y el liderazgo asertivo del presidente y su equipo de trabajo, en especial en materia de comercio exterior, en donde ya son visibles algunos avances y negociaciones.

Ahora más que nunca está tomando fuerza la posibilidad de ingresar a la tan anhelada Alianza del Pacífico. Para ello aún estaba pendiente un acuerdo con México, y es una de las primeras cosas que ha empezado a hacer el ministro Julio José Prado desde la cartera de Producción, Comercio Exterior, Inversiones y Pesca. Los gremios empresariales que suelen ser frecuentes invitados a estas rondas de negociaciones deben impulsar y agilizar estos objetivos y colaborar para concretar nuestro ingreso a este importante bloque. Aún se están estudiando temas de mercados, servicios, inversiones y propiedad intelectual, pero desde el ministerio esperan que para finales de este año ya se haya firmado un acuerdo con el país mexicano.

También es esperanzador que en la agenda está mejorar las relaciones internacionales con nuestro más grande socio comercial, los Estados Unidos. Esto sería un gran paso para la búsqueda de incrementar nuestras exportaciones agropecuarias. El objetivo de este acuerdo sería agilizar el movimiento de mercancías, optimizar procesos aduaneros, implementar buenas prácticas regulatorias y ayudar a las pymes a ampliar su participación internacional.

Desde el sector agrícola estamos a la expectativa de estos acuerdos que facilitarían el ingreso de nuestras exportaciones a estos países, pero si el Gobierno desea concretarlos de manera acelerada, será necesario también trabajar a la par en generar confianza. Tenemos que pensar en reducir trabas estatales y burocráticas, aprobar reformas laborales y tributarias, eliminar impuestos y aranceles, solo así será posible incrementar las inversiones, el empleo y el flujo de divisas.

Si bien es cierto, aún hay mucho por hacer: la confianza empresarial está creciendo, pero la del consumidor aún no; y aquello nos hace reflexionar a muchos empresarios, hay que levantarnos con más fuerza para sacar el país adelante. Juntos, empresarios, trabajadores y consumidores haremos que la economía se reactive. Es una oportunidad histórica para nosotros, lograr que haya más Ecuador en el mundo y más mundo en el Ecuador.

Nuestro país es conocido a nivel global por ser un proveedor de alta calidad de alimentos (materia prima). Tenemos productos de calidad y aceptación mundial, que por décadas han sido una fuente importante de divisas. Por eso debemos ver a los próximos acuerdos comerciales como una oportunidad para dar el gran salto y pasar de la producción y venta de materia prima agrícola, y aprovechar el entorno, invertir, y pasar a ser agroindustriales que podamos surtir al mundo con productos con valor agregado que además no dependan de la triste y clásica fluctuación de precios por ser commodities. (O)