Se lo habían advertido. El canto era letal. Las sirenas atraían con su música a los incautos y luego los devoraban. “Aquel que imprudentemente se acerca a ellas y oye su voz, ya no vuelve a ver a su esposa ni a sus hijos”.
Odiseo, sabiendo que su nave iba a atravesar por aguas contaminadas de sirenas, decidió aplicar un plan para evitar ser devorado. Puso cera en los oídos de la tripulación para que no pudieran oír cantar a las sirenas. Además, ordenó que a él lo ataran de pies y manos al mástil con lazos para evitar tener la posibilidad de hacer que su barco se acercara hacia las sirenas. “Y en el caso de que os ruegue o mande que me soltéis, atadme con más lazos todavía”.
Odiseo –con advertencia de un spoiler de tres mil años atrás– no murió devorado por las sirenas y pudo llegar hasta Ítaca para encontrarse con su esposa Penélope y su hijo Telémaco.
Como han recalcado recientemente los economistas del comportamiento, el plan de Odiseo fue genial y tiene mucho que enseñarnos.
Para evitar caer en una tentación debemos evitar la fuente de la tentación, como hizo Odiseo con la tripulación al ponerles cera en los oídos para que no pudieran escuchar el canto. Pero si por cualquier razón no podemos evitar estar cerca de la fuente de la tentación, entonces debemos ponernos en una posición en la que caer en la tentación no sea posible, como hizo Odiseo al ordenar a la tripulación que lo ataran de pies y manos al mástil para no poder llevar el barco hacia las sirenas.
La ley para la defensa de la dolarización que se tramita en la Asamblea Nacional recoge las enseñanzas de Odiseo.
Hay sirenas que están cantando el canto de utilizar al Banco Central para solucionar el problema de iliquidez que tiene el Gobierno. El canto es letal. Primero, el canto es letal porque una parte de las reservas del Banco Central sirven para contener posibles corridas bancarias. Si el Banco Central se queda sin esas reservas, aumenta el riesgo de que los bancos privados no puedan responder a sus obligaciones en caso de que los depositantes decidan sacar sus dineros de forma masiva. Pero, sobre todo, el canto de utilizar al Banco Central para solucionar el problema de iliquidez del Gobierno es letal porque supone el riesgo de que el Gobierno utilice como medio de pago papeles en vez de dólares y nos lleve a una suerte de desdolarización.
El proyecto de ley para la defensa de la dolarización prohíbe que el Gobierno utilice otra moneda que no sea el dólar para pagar sus obligaciones, y así pone cera en los oídos de los gobernantes que escuchan el canto de la desdolarización. Además, el proyecto vuelve independiente al directorio del Banco Central, y no sometido al Poder Ejecutivo como ocurre en la actualidad, para que el Gobierno esté atado de pies y manos para llevar a cabo acciones que tengan como consecuencia la desdolarización.
Los asambleístas deben aprender de Odiseo, a quien todos calificaban como el más listo de los mortales y a quien la diosa Atenea tenía como su favorito, y deben aprobar el proyecto de ley para la defensa de la dolarización. (O)