En un mundo cada vez más complejo e interconectado, construir sociedades pacíficas e inclusivas es una condición indispensable para el desarrollo sostenible. En Ecuador, este principio cobra una relevancia especial: su riqueza cultural y étnica, junto con los desafíos sociales y territoriales que enfrenta, nos recuerdan que la convivencia pacífica no es un estado, sino un proceso colectivo y constante.
Desde el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y el Gobierno de Canadá, compartimos una visión común: promover la paz, la igualdad y la cohesión social desde los territorios. Es por ello que trabajamos juntos en el proyecto “Diálogo Intercultural y Prevención de Conflictos con Enfoque de Género”, una iniciativa que fortalece capacidades nacionales y locales, fomenta la inclusión y posiciona el diálogo y la interculturalidad como un instrumento estratégico para anticipar, prevenir y transformar conflictos.
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A través de esta alianza, acompañamos a gobiernos locales, organizaciones indígenas y sociales, líderes comunitarios y ciudadanos en Cotopaxi, Chimborazo y Tungurahua para generar acciones concretas de planificación participativa, refuerzo de la gestión pública y prevención de conflictos con un enfoque de derechos, interculturalidad y género. En cada territorio se han implementado procesos de formación, mecanismos de participación y liderazgo, herramientas de gestión pública que han permitido activar espacios de encuentro entre culturas, reconstruir confianzas y fortalecer el tejido social.
Las metodologías implementadas podrían ser replicadas por otras localidades y actores institucionales, aportando evidencia sobre cómo fortalecer la gobernanza local con enfoque preventivo y posicionando la cohesión social como un elemento estratégico para las comunidades. Asimismo, los procesos han visibilizado el rol transformador de las mujeres, los pueblos indígenas y los jóvenes como constructores de paz.
Lo que está en juego no es menor. En contextos de alta desigualdad, polarización política, creciente presencia de grupos delictivos transnacionales y tensiones por el uso irresponsable de recursos naturales; promover la transformación positiva de los conflictos, previniendo un escalamiento violento que bloquee soluciones, es una inversión inteligente para el país. Este proyecto brinda una hoja de ruta viable para avanzar hacia una paz sostenible que dialogue con la realidad de los territorios y ponga en el centro a las personas y sus derechos.
En el marco del Día Internacional de la Convivencia en Paz (que se celebró el pasado 16 de mayo), reafirmamos nuestro compromiso de seguir trabajando junto con las comunidades ecuatorianas y con la institucionalidad a todos sus niveles. Convivir en paz es una decisión política, ética y práctica. Es construir soluciones desde lo colectivo, fortalecer el contrato social y asegurar que el desarrollo llegue con justicia, dignidad y respeto a la diversidad. (O)
* Inka Mattila es la representante residente del PNUD en Ecuador y Stephen Potter es el embajador de Canadá en Ecuador.