Vivir en comunidad significa que tengo la responsabilidad de mirar al otro, saber que ese otro tiene derechos iguales a los míos. Es decir que no solo mis deseos, gustos y necesidades deben ser valorados y respetados, sino también los de los demás.
En esta hermosa ciudad eso se da poco lo anterior expuesto. Todos los días se ve en personas posturas arrogantes acerca de lo que le molesta al otro, demostrando que no hay empatía ni hay sentido de la comunidad. Estas personas no tienen la habilidad de mirar las necesidades del otro y sus deseos.
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La desigualdad marcada de clases sociales hace que ese otro esté en desventaja y su voz no sea escuchada. Se les indica que deben ir y hacer oficios o que vayan a recoger firmas, etc., cuando ya de antemano se sabe que no será procesado el oficio debido a quién es la persona que lo recibirá.
Todo esto por la nobleza de alimentar gatitos en las calles sin tomar en consideración las jóvenes familias que tienen sus autos nuevos parqueados en esas calles, a los cuales los gatos suben y los rayan. Además de lo antihigiénico de las necesidades de los animalitos en las veredas, el ruido ensordecedor de sus gritos a la madrugada, entre otros.
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Considero que todo tiene solución cuando las partes llegan a acuerdos. Cuando las personas son escuchadas por igual, la misma historia tiene dos partes, dos perspectivas.
¿Cuándo será que este hermoso Ecuador le dará lugar a la voz sincera al bienestar común del otro? ¿Cuándo llegará el día en que nuestros líderes dejarán de favorecer a sus aliados y escucharán las necesidades del diario vivir de todos los ciudadanos? Es en esos momentos de escucha en los que descubrirán cómo servir a todos.
Si queremos avanzar solo será desde estos cimientos, desde esos pequeños acuerdos, desde servir en lugar de ir a ver cómo me sirvo. En lugar de tener la postura de “esto lo hago porque es mi derecho”, se debe considerar cómo ese derecho privilegiado afecta al que no tiene voz, al que desea progreso y no tiene tiempo de salir a firmar oficios porque debe ir a su trabajo diariamente o por algún otro motivo.
Si usted es servidor público, lea bien su cargo y su significado. La palabra lo dice, es para servir al público. (O)
María Lorena Cucalón Echeverría, Guayaquil