Comunico lo siguiente al presidente de la República sobre la entrada al magisterio público, la situación laboral de los docentes, el manejo de los distritos de educación:

No se permite el ingreso a colegios del país, o los expulsan de sus trabajos, por no ir en contra de la ética cuando les piden a los docentes que pasen de año a ciertos estudiantes a quienes se les ha dado mucho tiempo y oportunidades para que mejoren sus rendimientos escolares, pero no lo hicieron, y los padres no desean conversar con los docentes, los tildan como injustos y los vetan. Yo me gradué de docente en la universidad, quise acceder al magisterio público; la página de internet de ingreso aparecía siempre inhabilitada sin dar oportunidad de participar, si deseaba entregar mi hoja de vida al distrito cerca de donde yo habitaba, me decían que no podía, todo era a través de la página web que permanecía bloqueada. Pero aceptaban como docentes, con palancas o a dedo, a personas con títulos de contadores, arquitectos, médicos, etc., y muchos docentes graduados y especializados en Ciencias de la Educación con menciones en las materias que se necesitan en las instituciones educativas no podíamos ingresar y las oportunidades van para los extranjeros.

En muchos distritos, secretarias son comadres, se diría ‘ñañas’, encubren injusticias, corrupción, por ejemplo: rectores con títulos en Arquitectura –según la LOEI, no se puede ser rector de colegio o tener uno– en un plantel donde a docentes de la especialidad de Lengua y Literatura les exigen que den materias de Filosofía, Derecho y otras que el pénsum de su especialidad no las contiene. O encubren a instituciones que no tienen requisitos necesarios para funcionar, hay ratas hasta en las aulas, infraestructuras en mal estado, bares venden comidas con grasa, etc. (O)

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Joaquím A. Barragán Rovira, licenciado en Ciencias de la Educación, Guayaquil