Como ha expresado en tantas ocasiones el papa Francisco, la pandemia ha dejado al descubierto la difícil situación de los pobres y la gran desigualdad que reina en el mundo.
Y, aunque el virus no hace excepciones entre las personas, ha encontrado en su camino devastador grandes desigualdades y las ha incrementado. Por eso la respuesta ha de ser doble. Por un lado es indispensable encontrar la cura para el virus y, como el papa ha destacado, es necesario que la comunidad internacional adquiera el compromiso común de superar los retrasos en la distribución de las vacunas y promover su reparto, especialmente en los países más pobres. Y por otro lado, es necesario que abordemos generosamente el gran desafío de curar el virus de la injusticia social, porque es en la atención y promoción de los más débiles donde nos jugamos, en buena parte, el futuro de una sociedad más justa y fraterna. (O)
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Jesús Domingo Martínez Madrid, Baños de Valdearados, Burgos, España