Se instala una nueva asamblea y con esta un nuevo periodo político en el país. El deseo de acuerdo entre los actores políticos y de sacar adelante al Ecuador estará latente en los discursos de inauguración y por supuesto en la sociedad. Ahora bien, es conocido que el Poder Legislativo es como el perro del hortelano, “no come, ni deja comer”, aunque en este caso sería mejor dicho “ni gobierna, ni deja gobernar”. Y es que no se trata de tener una Asamblea súbdita o cómplice del Ejecutivo, pero sí una que apoye las reformas que necesitamos, que ponga los intereses del país por encima de los particulares (y en especialmente del caudillo autoexiliado), que deje atrás el chantaje sea por puestos públicos o para liberar o facilitar las sentencias de algunos buscados por la justicia; en sí, que deje atrás esas prácticas que han destruido el país y socavado su institucionalidad, trayendo consigo largos periodos de inseguridad jurídica.
Esperemos el trabajo conjunto de todos los poderes del Estado, en especial del Ejecutivo y la Asamblea Nacional, en aras de establecer una agenda común, con acuerdos concretos. Se puede diferir en los “cómo queremos hacerlo”, pero no en lo que buscamos, es decir, ese país de verdaderas oportunidades; con crecimiento económico sostenible y sustentable; con acceso a educación; que la libre empresa prospere, que genere las suficientes plazas de trabajo (en especial a jóvenes y mujeres); que destierre el abuso reflejado en extorsiones y vacunas, en asesinatos; y una impunidad campante; que ya no se pierdan más vidas de inocentes por no pagar cinco dólares para cruzar una calle y de aquellos que entregan su vida por la paz del país, como son los policías y militares; con acceso a educación de calidad; sin violencia intrafamiliar; sin desnutrición crónica infantil; y demás problemas que agobian a la nación.
Los compromisos de Niels Olsen
En sí, lo que pedimos y esperamos los ecuatorianos es que se vislumbre el país que todos aspiramos; sé que es mucho pedir, pero por el país, que la nueva Asamblea no venga con las viejas costumbres. Probablemente, la paridad de fuerzas daría ese respiro, pero no hay que creer que habrá desestabilizadores que busquen el caos, pero serán las fuerzas democráticas que lleven de la mano al Ecuador por el rumbo que debemos transitar.
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Los ecuatorianos debemos estar atentos y pedir cuentas de las acciones de la Asamblea Nacional para que se enfoque en el Ecuador y no en cómo sacar provecho para sus respectivos partidos o beneficios personales. (O)
Jorge Calderón Salazar, analista económico, Guayaquil