Es realmente incomprensible cómo una agrupación política que se autodefinía como de “soberanos” cuando desalojó la base de Manta, expulsó embajadores y organismos multilaterales, denostó contra las organizaciones de derechos humanos, hoy se muestre abiertamente favorable a que organizaciones sin ninguna jurisdicción en Ecuador, con solamente un dictamen, puedan contradecir a la Función Judicial de nuestro país. ¿Hay algo más contrario a la soberanía que este tipo de sumisiones?
No es solo incoherencia: es una búsqueda abierta a la impunidad y un ataque directo a una organización jurídica, creada por ellos mismos. Esta organización política muestra, abiertamente, un quemeimportismo sobre la estabilidad jurídica del país.
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¿Cuáles son los argumentos que se pueden exhibir para defender tamaño despropósito? Lo único que han argumentado es un infantil: “¡A qué le tienen miedo!”, como si eso fuera un argumento jurídico sólido. ¡Cómo se evidencia la falta de preparación de los legisladores!
Un legislador va al Parlamento para hacer leyes que rijan el destino de un país, no que lo debiliten en el contexto mundial como este tipo de acciones lo hace.
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Legisladores que salen a la opinión pública defendiendo el derecho de las “comisiones” a interferir con la justicia de nuestro país ni son legisladores ni son soberanos. No se diga de los líderes que están detrás de estas actuaciones, que mandan al matadero a gente sin pensamiento propio, que son los únicos que pueden seguir movimientos de esta naturaleza, a gente a la que no le importa su prestigio personal, sino solamente la aprobación de un jefe.
Esos partidos, organizaciones y esos líderes no merecen el favor popular. (O)
José Manuel Jalil Haas, ingeniero químico, Quito