En tiempos de crisis política, social y ambiental, hablar de liderazgo no es una moda: es una urgencia. Pero no cualquier liderazgo. Necesitamos liderazgos que inspiren cambios con visión, ética y responsabilidad. La Constitución del Ecuador de 2008, a menudo subestimada, encierra una riqueza normativa que va más allá de lo legal: es un llamado a construir un país justo, sostenible y democrático. Y curiosamente, esta visión encuentra ecos en las trayectorias de cinco líderes internacionales tan distintos como influyentes: Mahatma Gandhi, Greta Thunberg, Michael Jordan, Elon Musk y Dwight D. Eisenhower.
Cada uno de ellos, desde su trinchera, ha defendido principios que nuestra Constitución recoge con claridad: los derechos humanos, el cuidado de la naturaleza, el desarrollo con equidad, la innovación responsable, la educación de calidad y, sobre todo, la justicia intergeneracional. Este último concepto tan poderoso como olvidado, nos recuerda que nuestras decisiones de hoy afectan directamente a quienes aún no han nacido. ¿Estamos, como sociedad, pensando en los que vendrán?
Corte Internacional de Justicia y el cambio climático
Greta Thunberg, con su activismo climático, pondría su voz al servicio del artículo 71 de la Constitución, que reconoce derechos a la naturaleza. Gandhi levantaría la bandera de la no violencia y la igualdad, consagrada en los artículos 66 y 57. Michael Jordan, ícono del esfuerzo y la excelencia, encontraría en el deporte y la educación (art. 26 y 381) los pilares de un país que cree en el mérito. Elon Musk, con su impulso visionario por la tecnología y la energía renovable, respaldaría el derecho a innovar con sentido ético (art. 385 y 284). Y Eisenhower, militar y estadista, defendería una institucionalidad fuerte, previsora y pacífica (art. 3.8 y 158).
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Lo admirable es que, pese a sus diferencias, estos líderes comparten valores fundamentales: ética, paz, superación, libertad, sostenibilidad y visión de futuro. Son precisamente los pilares que el país necesita reforzar si quiere trascender la política coyuntural y construir un proyecto nacional intergeneracional.
Esta carta no es un tributo a personajes internacionales, sino una invitación urgente a mirarnos en el espejo de sus valores, a releer nuestra Constitución no como un documento estático, sino como una brújula ética y transformadora. Porque el liderazgo que Ecuador necesita ya está descrito en sus normas fundamentales: solo falta llevarlo a la práctica. (O)
Jorge Ortiz Merchán, máster en Economía y Políticas Públicas, Durán