La inteligencia artificial, IA, (“una rama de la computación que busca simular la inteligencia humana, en una máquina”, o “software o programa informático que imita comportamientos y capacidades humanas”), ayuda a mejorar la calidad de la enseñanza en las aulas, a identificar áreas problemáticas en el aprendizaje de los estudiantes y proporcionar sugerencias para abordarlas.

También la IA puede ser utilizada para crear simulaciones y diversos juegos educativos más atractivos para los estudiantes, fomentando el aprendizaje activo. Si bien la IA no reemplazará a las personas, es decir, a los profesores, sirve para apoyar el trabajo de la docencia. Pero existen desafíos éticos y sociales asociados con su uso, como la privacidad de los datos y la equidad en el acceso a la educación. Los docentes, los desarrolladores de ciencias y técnicas y los responsables políticos en la educación y las tecnologías deben trabajar juntos para abordar estos desafíos y asegurarse de que la inteligencia artificial se tome responsable y éticamente. (O)

Roberto Camana Fiallos, ingeniero en Sistemas, Ambato