Circular sin placas ya no es una excepción: se ha vuelto parte del paisaje urbano.
En trayectos cortos en auto, es común ver vehículos sin identificación transitando con total normalidad, como si la ley fuera opcional. Esta práctica no solo es ilegal, sino peligrosa.
Un carro sin placa es un vehículo sin control. No hay forma inmediata de identificarlo, fiscalizarlo ni responsabilizarlo. Esto afecta directamente la seguridad y la tranquilidad de quienes sí cumplimos las normas.
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La solución no pasa solo por molestarse ante estos hechos, sino por operativos reales y constantes, que eliminen esta impunidad cotidiana. La identificación vehicular no es una ocurrencia burocrática, es una herramienta de orden, control y seguridad.
Normalizar lo ilegal nos vuelve cómplices. Exigir que todos circulen identificados es un mínimo necesario para recuperar el control de nuestras ciudades en Ecuador, debemos hacer algo para volver a tener seguridad. (O)
Tomás Castelblanco Álvarez, abogado, Guayaquil


















